Parte 7:

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Joy pov.

Ya pasaban de las seis de la tarde cuando decidí ir a buscar a Meg, me había empezado a preocupar bastante antes.

Pensé que se habría olvidado de que habíamos quedado, así que decidí llamar a Cami, pero me negó que estuviesen juntas y fue entonces cuando dejé caer mi teléfono en el sofá y huí de mi casa, por poco olvidándome las llaves.

Corría todo lo rápido que podía, teniendo que le hubiese pasado algo y, cuando llegué a la hs, sentí que se me salía el corazón del pecho.

Joy: ¡Meg! ¡Estaba muy preocupada!

Corrí hacia ella, sacudiendo la mano hasta darme cuenta de la parte mala. Meg estaba sentada, con la cabeza enterrada entre sus brazos y piernas. Cuando me acerqué más, pude oírla sollozar y ahí fue cuando me tiré al suelo como una loca, agarrando sus manos con fuerza.

Joy: Meg, ¿qué—?

No pude terminar de hablar, levantó la cabeza de golpe y pronunció un nombre que me extrañó.

Meg: Fred.
Joy: ¿Te refieres a Freddy?
Meg: No, Fred. Ese chico que murió cerca de esta escuela... ese amigo mío que nunca vino «allí arriba»,
Joy: No entiendo...
Meg: Yo tampoco... él... yo... podría... podría haberlo sal...

Meg dejó escapar un alarido, lo que hizo que la estrechara en mis brazos y la ayudara a ponerse en pié.

Joy: Respira hondo, sentémonos en el banco y trata de calmarte, puedes contármelo.

Y después de unos minutos, por fin empezó a hablar.

Meg: Fred no es un personaje inventado por Freddy, Joy. Fred era un niño, como yo. Éramos amigos, hasta que un día vi con mis propios ojos como se paraba en medio de la carretera, mirándome fijamente, antes de que un coche que se acercaba a toda velocidad me hiciera cerrar los ojos... antes de eso quise correr hacia él, pero mis piernas no respondían, y solo pude gritar cuando vi su cuerpo en el suelo.

Meg tomó aire, mirándome con ese profundo ojo ámbar que su pelo dejaba ver.

Meg: No dejé de gritar hasta que su hermano, un año mayor, llegó corriendo al verme ahí sollozando. Simplemente pude señalar el cuerpo y ver la expresión de horror, sin saber por qué Fred había tomado esa decisión. Su hermano llamó a una ambulancia, pero ya era tarde, su calma se había marchado completamente cuando le comunicaron la mala noticia, y yo seguía ahí, todavía en shock.

» Nunca tuve la oportunidad de ser feliz, un incendio se propagó años después en mi casa, atrapándonos y matándonos a mi hermano y a mí. Juro que lo vi, vi a Fred extenderme la mano antes de cerrar los ojos para no abrirlos en vida nunca más.

» Y ha regresado. Te quiere, no se acuerda de mí, no le he podido preguntar por qué nunca subió. Me siento culpable... y te quiere.

Al final ni siquiera estábamos en banco, nos habíamos sentado en el pasto para cuando Meg terminó de hablar y yo, en un intento de calmarla, acaricié su rostro con cuidado, justo antes de apoyarme en su espalda y creer escuchar un "pero yo te quiero" y caer dormida susurrando un par de palabras:

Joy: Yo también.

Mi ángel guardián (Mangloy FNAFHS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora