Fue amor a primera vista.

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Sutilidad, fue el único recurso que busqué para coincidir con ella en ese momento. Yo estaba sentado sobre un banco situado en un parque que no solía frecuentar. Ella caminaba por este lugar junto a su mascota, un Golden Retriver grande y muy aparente -yo pensé- y si le digo: “oye que linda mascota” cabe recalcar que yo no tenia la misma lucidez de siempre en ese momento, no se me ocurrió nada mas.
Me acerqué y Ella levantó su mirada. Tengo mil descripciones para esa mirada. Me gustaría decir que me arrepiento otras mil veces de haberme acercado... porque para redondear esa mirada de tantos significados puedo decir  que en mi interior me refute “Idiota, ya no hay marcha atrás”.
Sin dudarlo, mi estado de “torpeza” no me impidió hablarle, sabía que aquella coyuntura no acabaría bien, aun así pensé que con el solo hecho de que me dirigiera la palabra me sentiría mejor, (ahora que recuerdo el momento no debí pensar nada, teniendo en cuenta que mi mente no estaba en las mejores prestaciones para eso), pues no fue así. Entre más la conocía aumentaba ese estado de “Revoltijo”, y no era para más. Por mi mente jamás pasó la idea de una mujer idónea para compartir la vida, pero cuando pude empezar a conocerla empecé a hacerme una idea de como sería. Tuve que callar, Ella era una mujer a la que vale la pena escuchar, cualquier palabra mía en ese momento podría compararse con un balbuceo. No valía la pena manchar esos excelentes y perfeccionistas recursos lingüísticos con mi desentonado farfulleo, describiendo lo que fue ella para mi en ese momento puedo decir que es una mujer muy inteligente, deseos y bases liberales que llamaron mucho mi atención, un muy selecto vocabulario que combina perfecto con su refinada forma de vestir, amante de la vida, una sonrisa que en este momento no encuentro con qué comparar, sería un absoluto insulto cualquier comparación, puedo decir que era una sonrisa únicamente encantadora, mirando bien el sentido de la palabra encantadora... eso era lo que provocaba en mi mente. Aunque yo no fuera un hombre de sentimientos marcados no pude evitar dar a resaltar algún signo de que Ella me volvía loco.

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