atroz ansia

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Una noche fría, caminamos por la calle en busca de un café en un sitio donde nos es común frecuentar. He logrado tener un poco más de soltura al hablar últimamente, quizá estoy logrando "asimilar" lo que siento por Ella y me enfoco un poco más en lo que desearía que pase.
En el momento le contaba como estuvo mi día, que aunque sin pasar nada especial en este, ella me ponía atención procurando entender a pleno lo que quería expresarle.
Esa atención que ella le pone a mis palabras me pone un tanto nervioso ¿saben? Es un arma de doble filo... Por un lado se que a pleno Ella me entiende y me conoce muy bien, esto gracias a que no deja pasar ni una sola frase de las que pronunció, pero, esto hace que tenga que ser muy cuidadoso con cada idea que intento transmitirle, esto provoca que insinuar algo o para ser más específico lanzar una indirecta se haga una tarea imposible...
Pero esta noche quiero intentarlo, es momento es que esta historia tome otro rumbo, es momento de todo este embrollo se encamine a ese fin al que desearía llegar, ¿es momento? No lo sé, pero tengo una atroz ansia de saber en que se puede tornar todo esto después de que en algún momento, sin ser para nada específico, logré hacerle saber cuál es mi interés en Ella. No parece una tarea tan difícil, pero por lo que uno puede preveer, con esta mujer hasta la más sencilla jugada se vuelve como un trabajo imposible.
Tocamos un tema en el que hablamos sobre el futuro, sobre que cosas podría deparar el destino y cuál eran nuestros más profundos objetivos en la vida, yo respondía a una de sus preguntas al respecto sobre el tema antes mesionado, al yo terminar de argumentar Ella deduce:

- Al parecer eres un hombre con muchas ambiciones.

A lo que yo respondo con sin la más mínima conciencia de lo que digo en el momento

- En este momento tengo una infausta ambición de la que no me puedo librar tan fácilmente, una atroz ansia.

Ella siempre responde de primeras, no tarda más de dos segundos en contestar

-  Quizá debas hacer algo para cumplir ese anhelo.

Al momento bebe un poco de café, algo pasaba, quizá lo había logrado, y ella respondía de buena forma, pero llegaba el momento de poner una apuesta más grande sobre la mesa, quizá redondear el deseo para no dejar que se disperse tanto, ya que dejar un tema así abierto puede ser letal, se puede pensar cualquier cosa, y yo quería que Ella supiera de lleno que no hago otra cosa que pensarla a cada instante...
Ella bebe su café con la rutina que siempre lo hace: aroma, cierra los ojos, y al final de beberlo pronuncia con deleite "Sabor a vida", yo mientras tanto con manos frías retomo a esta contestación

- Desde el momento que tengo este anhelo no hay otro más... Pero créeme que voy a hacer todo por cumplirlo, es más, sé que tú me puedes ayudar.

Pronuncie con vos pícara, para insinuar lo que realmente era ese anhelo, a lo que ella responde

- Por su puesto voy a ayudarte, hay que hacer algo por esa infausta ambición, además de paso me ayudarías mi, que quizá tenga un deseo similar.

Sin siquiera preguntarme con que le pedí que me ayudara, todo estaba hecho, ella lo sabía, ya no hay marcha atrás. Mis manos estaban heladas, me sentía como en el primer instante que la vi, pero está vez con un aire distinto, sé que no le soy indiferente, habian muchas señales en el pasado que lo indican, pero en este momento estoy totalmente seguro, al responderle pronúncio.

- Tengo muchas cosas por confesarte.

Y enserio, no saben la infinidad de palabras que tengo en la mente, pero un nudo en la garganta no me permite decirlas aún. Ella me responde.

- Creo que la noche se presta para una bonita historia.

Y se que ella no se refería a lo que yo quisiera confesarle, ella refiere a lo que puede pasar después de esta noche, llegó el momento, debo decirle algo más directo aún guardando misterio, ella insiste con el tema.

- ¿Sabes? ...




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