Yugyeom estaba buscando donde estaban los demás pero nadie le decía en que sala estaban. Suspiro y camino al único lugar que conocía, la biblioteca de esa inmensa casa.
Abrió las puertas y entro en ella. De noche era aún más hermosa. Los libros lucían infinitos y la luz de la luna los iluminaba tan perfectamente que los hacia ver muy distintos al día. Yugyeom subió al segundo piso de la librería. Tomo uno de los libros y lo hojeó. Era un título romántico pero su trama parecía ser trágica, lo empezó a leer y le gusto. Bajo al primer piso y se sentó en un de los sillones, cruzo sus piernas y empezó a leerlo.
♥Π♥
Por otro lado, Jackson, estaba repasando lo que le diría a Yugyeom una y otra vez. Deseaba que fuera especial, que se sintiera bien y que no se notaran sus nervios. Su corazón latía tan rápido.
Desde la primera vez que lo vio, sintió aquella conexión que jamás quiso ver. La segunda vez, sintió que su corazón se volvía loco con él cerca y la tercera vez... Supo que lo amaba. Yugyeom podía ser torpe, inexperto e incluso muy gracioso. Podría ser muchas cosas y todas ellas habían hecho que su corazón latiera como loco.
Lo agrio y lo dulce se unen en lo agridulce.
Él lo amaba. Lo deseaba, deseaba estar a su lado aunque signifique un no. Estaba loco, era la única conclusión que podía sacar.
Salió de su habitación y camino a la biblioteca, ese libro que su madre había escrito para su padre, estaba en sus manos y no sabia que hacer por Yugyeom, con eso ella había confesado su amor a su padre. Pero él, ¿Que podía hacer él por Yugyeom? No era bueno con las artes, con lo musical, con la cocina, no era bueno en nada. A excepción de poder hacer reír y sonrojar a Yugyeom. ¿Acaso era una enfermedad?
Cuando entro a la oficina de su padre, vio la puerta abierta de la biblioteca, entro y enseguida vio a Yugyeom sentado en uno de esos sillones en los que habían estudiado juntos por semanas, en los cuales Jackson agradece porque sus sentimientos se hicieron fuertes hacia Yugyeom.
La luna iluminaba perfectamente la figura de Yugyeom. Un chico lindo, precioso, amable, tierno y demasiado dulce. Amaba lo dulce. Camino hacia él y Yugyeom no aparto la vista de su libro.
—¿Yugyeom? —Jackson pregunto y el pelinegro levanto la vista, encontrándose con el rubio bastante cerca de él.
—¿Q-que pasa? —Preguntó.
—Nada, solo quería saber que leías. —Se sento en el sillón de enfrente y vio como Yugyeom aún con la oscuridad, sus mejillas se iluminaban de rojo.
Entre ambos hubo un silencio que en vez de parecer incómodo pareció confortante. No tenían que hablarse para sentirse bien estando juntos.
Yugyeom dejo el libro y empezó a observar que hacia Jackson, el cual también leía otro, solo que este no tenía una tapa gruesa, parecía como un cuaderno. Esta vez a Yugyeom le gano la curiosidad y se levanto de su asiento para ponerse detrás del rubio y poder leer lo que lo tenia tan atento. Jackson noto lo que quería hacer Yugyeom pero no lo detuvo, dejo que se acercara.
Con la luz de la luna, las palabras del cuaderno no se hacían notar y no eran entendibles. Yugyeom trato de leerlo pero nada le daba una idea de lo que trataba, mientras tanto, el rubio aún seguía leyéndolo claramente. El pelinegro cansado de no poder leerlo, se alejo del rubio y salió de la biblioteca para ir en dirección al comedor, en el cual había convivido más con la señora Wang y se habían hecho amigos. Jackson lo noto y en cuanto el pelinegro salió, dejo aquel libro en el sillón y camino hacia la terraza, no era mentira que su madre lo había ayudado con esto pero aún así, él deseaba confesarse al menor de una manera especial. Como el final de una novela, con un final feliz y mágico, así como lo que leía el pelinegro con finales cliches pero románticos.
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Cute Boy ❦ Jackgyeom
FanfictionYugyeom era un chico muy lindo, tierno y amigable. Jackson era todo lo opuesto.