San Marcos

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JACK JHONSONS..

La mañana del 2 de septiembre parecía ser una como cualquier otra, un sol tenue escondido entre las nubes iluminaba levemente las calles de San Marcos, los autos y la gente eran ausentes en su totalidad, unos cuantos perros callejeros daban vueltas al parque de la ciudad, esperaban que Don Juan Mandes, el panadero de la ciudad llegase con un poco de alimento para ellos.

 El farol que iluminaba los asientos del parque se apagó, lo que indicaba que las actividades del pueblo comenzarían en cualquier instante, al cabo de unos minutos varios autos comenzaron a llenar de smoke el aire, los locales de comida, barberías y ropa empezaban sus primeras ventas del día, las madres llevaban a los niños a la escuela de san marcos la cual era muy conocida en el país, tenía la reputación de ser la mejor de la región , pero lamentablemente en los últimos años, ese título había caído mucho, varios escándalos y controversias hicieron que se manche el nombre de San Marcos. 

Hoy comenzaría un nuevo ciclo colegial en el instituto, era el último año antes de adentrarse en la universidad y era momento de muchos para sacar los mejores reconocimientos y llegar a tener un futuro garantizado, mientras escuchaba como la tetera de la cocina indicaba que el agua estaba lista para el café, buscaba mi chompa favorita entre la ropa limpia, mi maleta estaba lista desde ayer noche, sabía que sería el último inicio de clases así que quería sentir una emoción diferente, al bajar note que mi familia ya estaba desayunando.

-El agua suena y nadie puede apagarla?- dije en tono sarcástico viéndolos a todos

-Siempre hay que dejar que hierva un poco más, así se queman las bacterias restantes- dijo mi tío Joshua mientras cambiaba el canal de la televisión a la sección de deportes.

-Te queda media hora para llegar- dijo Gregory - es mi otro tío-  que se alistaba para salir a revisar un auto de un vecino y que acostumbraba a dejarme una cuadra antes del instituto.

Yo vivo con mis tios, mi madre, y tengo abuelos fallecidos de parte materna, porque el desgraciado que me engendro jamas regreso por su hijo,  no tengo padre y las personas como yo se nos  llama los no reconocidos o como se nos conoce "bastardos", etiquetas varias de la sociedad.

-Creo que he enfrentado peores y he llegado puntual- respondí mientras terminaba de preparar mi café y sacaba esos burdos pensamientos de mi cabeza. Huelo el aroma de mi café -oh! gran sacrilegio de los dioses! - con la confianza en mí puntualidad, me lleve el café a mi cuarto mientras terminaba de alistar mi mochila. 

Acabo los  detalles finales y a través de la ventana de mi cuarto una silueta se dibujaba en las cortinas de la casa vecina, baja estatura, cabello negro mediano, un busto prominente y anchas caderas, quizás tenía el mejor trasero que había visto en mi vida, Reich Walls era la vecina mas sexy del lugar, aun cuando solo era mi amiga es la única mujer por la cual regreso a ver mientras se va, o presto atención a cada detalle de su arreglado atuendo, de su maquillaje. En mi memoria pasan todos aquellos recuerdos, lo que sabíamos hacer, las horas que pasábamos juntos.

Cuando reaccioné, Reich ya no estaba y el tiempo se me redujo a la mitad, asi que salí apresuradamente, me despedí de todos y corrí a agarrar un taxi, Gregory ya se había ido asi que necesitaba un plan B. Al llegar al instituto llevaba 5 minutos de atraso, tenía matemáticas y sabía que ya no podría entrar por nada del mundo, pero apeléa mi sonrisa coqueta y mi labia poderosa, al final la portera del instituto me abre paso y me presente al curso, de reojo ví a muchos de mis amigos y me decían que entre nomas, vi justo el camino para llegar, estaba a unos pasos, pero el profesor impidió mi entrada clandestina. Por que los profesores son asi?

-Señor Jhonsons... algo que se le haya perdido por aquí?- Regreso a ver al viejo espigado, delgado como un fideo, unos lentes que cubren unos ojos ya cansados por el paso del tiempo, y con el carácter de un profesor que ama las matemáticas, un cliché  de profesor.

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