C 16. ¿Dónde estamos?

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Era una mañana gris, el cielo estaba nublado y una muchacha de ojos azules y cabello oscuro se dirigía a clases, se sentó en su lugar mientras apoyaba su mejilla en una de sus manos, sería un día de escuela aburrido como todos los demás. Una rubia insoportable volvió a jugarle una broma pesada, Alya había tratado de apoyarla, pero era en vano, nunca se libraría de su mala suerte, así había sido siempre, accidente tras accidente. La joven caminaba de regreso a su casa, saludo a sus padres y entró directo a su cuarto. Otra vez sólo soledad, era un día triste y ni las canciones de Jagged Stone la ponían de buen humor. Se recostó en la cama mientras se sentía más extraña y sola que nunca observando ese monótono techo. No había nada que hacer, se sentó y empezó a mirar toda su habitación, sus paredes se sentían extrañamente vacías, a pesar de que nunca había colgado ni un solo póster antes, verlas en ese estado la hacía sentir rara. Hasta el silencio la hacía extrañar algo, como si hubiese querido tener a alguien con quien hablar y contarle sus problemas.

- Tal vez ya enloquecí -se volvió a recostar en la cama y miró el techo por un largo rato, ¿Qué era ese vacío extraño que sentía su corazón?

Mientras que, en otra parte de la ciudad un joven rubio de ojos verdes contemplaba afuera de su ventana las calles de París. Un deseo intenso le impulsaba a escapar, a por fin sentirse libre al menos por una vez. Pero la obediencia que le tenía a su padre era mayor, así había sido siempre la soledad se había convertido en su única compañía. Se había acostumbrado a que esa mansión en la que vivía sea una prisión, escuela, dormitorio, y muchas cosas, pero no un hogar, y su padre se había convertido en un fantasma que aparecía de vez en cuando, un fantasma que dictaba las reglas que él debía obedecer y cumplir sólo para ganar su aprobación. Pero en su corazón deseaba con todas sus fuerzas poder vivir una vida normal, salir como los otros chicos y estudiar en una escuela, conocer personas, hacer amigos.

- Solo un sueño imposible -susurró mientras corría las cortinas para evitar seguir viendo su mayor anhelo, para no sufrir mirando la felicidad de los demás

-          Solo un sueño imposible -susurró mientras corría las cortinas para evitar seguir viendo su mayor anhelo, para no sufrir mirando la felicidad de los demás

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Ambos corazones, separados, pero destinados a estar juntos, ambos jóvenes destinados entre sí, pero sin recordar nada del otro. Cada uno con un vacío existencial muy profundo y sintiéndose tan extraño en un mundo que creían que era el suyo. Había algo que no encajaba, había algo que faltaba. Pero ¿qué podría ser?, Ninguno lo sabía, pero era como si un pedazo de su ser se hubiera evaporado de la noche a la mañana y lo peor de todo es que no lo recordaban.

El día se pasó lento y aburrido. La sensación de soledad se hacía cada vez más grande al igual que la desesperación. ¿que era? ¿por qué pasaba esto? ¿Qué faltaba? Ambos estaban acostados en sus camas y observaban el techo intentando encontrar una respuesta a sus dudas, hallar eso que sentían que les había sido robado. Debe haber quedado un rastro, si algo se fue debe haber quedado muestras de su partida ¿muestras? Los dos se levantaron y empezaron a revisar en sus habitaciones. Un diario, una nota o algo que les demostrara o que estaban dementes y todo había sido un sueño o que realmente algo había cambiado desde el día anterior en que si parecían ser felices.

De repente lo que Marinette hacia fue interrumpido por un maullido, salió a su balcón y encontró un gato negro de ojos verdes que parecía perdido

- Hola amiguito – se acercó a él acaricio su cabeza, lo cargó y entro a su habitación- ¿acaso eres el amigo que olvide? -decía sin dejar de acariciar el lomo del pequeño minino negro – tienes unos lindos ojos verdes.... Ojos verdes -se quedó pensando en eso mientras el gato paseaba por su habitación y subía a su escritorio. Para cuando Marinette había vuelto en sí, dejando de pensar en esas palabras que le sonaron extrañas por unos minutos, el gato ya había tirado varios libros y hojas al suelo- eres pequeño, pero saber causar desastres rió ella volviéndolo a poner sobre sus piernas y acariciándolo con suavidad. - ¿sabes pequeño? Creo que nunca lograré entender que me pasa, es como si de un momento a otro todo lo que está a mi alrededor no tuviera sentido. Y no puedo vivir así, me siento engañada y casi parece que me ocultarán un gran secreto que es la clave de mi vida -suspira y ve al animalito- o tal vez solo estoy exagerando y siendo paranoica. Ya se hizo tarde -un suspiro pesado salió de sus labios, se sintió de nuevo sin respuestas, bajó al gato y se colocó la pijama, si no había forma de saber que estaba perdido entonces ¿era la muestra de que nada se perdió?, ciertamente no lo sabía, pero tampoco tenía tanto tiempo como para descubrirlo- Mañana hay escuela y debo dormir, puedes quedarte aquí si quieres pequeño. -el animalito la miró una vez y se fue por donde vino- Gracias por tu visita gatito, adiós -se quedó dormida luego de darle mil vueltas a esa idea en su mente ¿qué era eso? ¿qué podría ser? sólo buscaba recordar que era lo que había perdido.

El joven rubio se acercó a la ventana y la abrió para respirar aire puro, de inmediato una catarina se posó en su mano y comenzó a recorrerla con sus delicadas patas de insecto, quizás a alguien más ese contacto le hubiese dado asco o miedo, pero a ese rubio no parecía molestarle.

           -Tienes un lindo colorrojo brillante pequeña -se quedó mirándola unos segundos- y también unas bonitas motas negras-la pequeña empezó a revolotear cerca del rostro de Adrien y se detuvo sobresu escritorio. El joven fue a verla, había algo hipnótico en esos colores tan llamativos que eran como un pedido de su atención, el sólo podía mostrar admiración por esa delicada criatura que según decían era símbolo de buena fortuna- espero que me traigas suerte pequeñaamiga, de verdad la necesito, es necesario que recuerde lo que olvide o esto me atormentarátoda la vida -la pequeña catarina se posó sobre el cabello de Adrien y luegosalió volando por la ventana. Él se acercó y vio cómo se alejaba sintiendo como la nostalgia se apoderaba de el, tenía el deseo de seguir su vuelo, de poder vivir como ese pequeño insecto, al menos sería más que un prisionero  - tu puedes serlibre también, creo que todos pueden serlo excepto yo- esas palabras eran para si mismo, describían a la perfección la injusticia en que él se sentía, ¿por qué le había tocado a él sufrir de ese modo?, quizás haya quienes adoren su vida llena de lujos y sin preocupaciones, pero el corazón del rubio sólo pedía aventura y libertad, quería saber que era el salir de esa mansión, ver cosas nuevas y más que nada hacer amigos, ese era su deseo, ser más allá que sólo un Agreste, él quería ser un adolescente común, si tan sólo pudiera sentir que era serlo una vez, sólo al menos con una vez se conformaba. Pero ya se hacía tarde, la hora de apagar las luce llegó, había aprendió a vivir con ese régimen estricto, un horario para cada cosa que hacer, incluso el comer o ir al baño, sólo faltaba que le pusieran una hora para respirar o parpadear, todos esos tratos siempre le parecieron lo más exagerado que podría haber, y sin más que hacer se acercó a su cama yse durmió con una gran tristeza en su corazón, buscando aún esa respuesta a lo que parecía ser un enigma sin fin, ¿que faltaba?, sea lo que sea quizás la frialdad de ese supuesto hogar seguro se había encargado de reducirlo a nada.


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⏰ Última actualización: Apr 06, 2018 ⏰

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MI amor por ti --Miraculous Ladybug--Donde viven las historias. Descúbrelo ahora