Capítulo 5

111 5 3
                                    

-Alex perdonaría hasta el peor de los crímenes-le digo serio-, no lo merecías, jugaste con él.

-Mira quien fue a hablar, ¿quieres que te recuerde lo que le hiciste tú? -responde con una sonrisa acusadora.

Al escuchar sus palabras todo mi cuerpo se tensa, aprieto los puños y noto cómo me lleno de rabia.

-Me equivoqué, todos cometemos errores en la vida, sin errores no aprendemos, no somos capaces de avanzar. Y los corregimos cuando nos damos cuenta de lo que estamos haciendo. En cambio tú...tú te diste cuenta de lo que estabas haciendo, y seguiste jugando con él, con nosotros, claro que  lo que me dolía no era lo que nos hiciste, lo que me dolía era ver a Alex destrozado por tu culpa.

Fue hace tres meses, en Abril, antes de que acabara el curso. Ella llegó a nuestro instituto, y los dos estábamos colados por ella. Era preciosa, caminaba de una forma diferente a todas las demás, como si no hubiera nadie más en el mundo excepto ella, y te miraba con aire de superioridad, como si fueras inferior a ella. Te perdías mirándola a los ojos. Al principio no nos llamaba mucho la atención, pero empezamos a conocerla y no era como te lo esperabas, la chica típica presumida que se cree más que tú, era exactamente igual que Alex, era una máscara que se ponía para no desvelar cómo era de verdad, aunque ahora mismo no me meteré mucho en eso.

-Yo también me equivoqué Christian.

-No, tú sabías qué estabas haciendo, estabas saliendo con nosotros dos a la vez, y después cuando nos enteramos casi nos separamos, conseguiste que nos mintiéramos el uno al otro. Yo te olvidé, pero Alex no, él todavía sigue...-me callo antes de terminar de decirlo.

-¿Alex sigue enamorado de mí?-Susan me mira haciéndose la sorprendida.

La conozco muy bien, y sé cuándo está actuando y cuando no, ahora mismo está actuando.

-Sabes cómo es Alex, él no olvida tan fácilmente, ni lo bueno ni lo malo, sigue enamorado de ti, y sabe que lo hiciste mal, pero como ya te he dicho antes, perdonaría el peor de los crímenes.

-Pero yo no lo quiero-agacha la cabeza por unos instantes y después me mira- yo estoy enamorada de ti.

Esa voz dulce que pone cuando está mintiendo la delata fácilmente, está mintiendo, está intentando volver a jugar conmigo, y esta vez no voy a caer.

-¡MIRA, MI MEJOR AMIGO ESTÁ EN COMA DESDE HACE UN MES Y NO TENGO NI IDEA DE SI VA A DESPERTAR O NO, ASÍ QUE VETE DE NUESTRAS VIDAS PORQUE NO QUIERO VOLVER A VERTE! -la miro con rabia y me doy la vuelta marchándome del descampado.

-Christian, esta vez no estoy mintiendo -escucho su voz a lo lejos.

Pero sigo caminando, como si no la hubiera escuchado, principalmente porque no le creo.

                                                                          *  *  *

Llego al hospital aún alterado por mi encuentro con Susan y subo rápidamente por las escaleras a la habitación de Alex, está en la segunda planta, la habitación 216, así que es una tontería subir por el ascensor, llego y abro la puerta, los padres de Alex, Anne y Robert, están sentados en el mismo sitio de siempre. Los dos me reciben con una triste sonrisa, ellos dicen que les estoy haciendo un gran favor por venir cada día a estar con ellos y con Alex, pero no creo que sea así, vengo porque quiero. 

Miro a Alex, lleva ya un mes ahí acostado, un mes sin salir a la calle y sin meterse en líos. Recuerdo mi encuentro con Susan, ni siquiera se ha preocupado por cómo está, ni se ha molestado en venir a verlo, podría haber mostrado un poco de interés cuando le dije que Alex seguía enamorado de ella, y no, finjió hacerse la sorprendida y no dijo nada más.

"Pero yo no lo quiero, yo estoy enamorada de ti." "Christian, esta vez no estoy mintiendo." Estaba mintiendo, lo sé, y de todas formas, si no mentía, yo no volveré a enamorarme de ella, no después de lo que hizo. 

-¿Alguna noticia nueva? -les pregunto.

-El médico dice que todo sigue igual, cada día me despierto con la esperanza de que haya despertado, pero nunca lo hace.

-No hay que perder la esperanza Anne -dice Robert-, bueno, vamos a desayunar que ya es hora, ¿te vienes Christian?

Asiento y salimos de la habitación de Alex, bajamos a la cafetería y nos sentamos, bajamos a la cafetería y nos sentamos. Anne se pide unas tostadas y un café, Robert un té rojo y yo me pido otro café, no suelo tomarlo, pero no he dormido casi nada hoy así que supongo que me ayudará.

-Christian, ¿va todo bien por tu casa? ¿Cómo están tus padres? -me dice Robert mientras da un sorbo a su té.

-Bien, nada nuevo, mi madre dijo que se pasarían esta semana para ver cómo está Alex, supongo que os han estado llamando.

-Sí, llaman de vez en cuando, y como sabrás se han estado pasando ya antes para ver a Alex. Bueno, me alegro de que todo vaya bien en tu familia. -responde Robert.

-Deberíamos tomar ejemplo de ellos -dice Anne, algo seria.

El tono serio de Anne me deja desconcertado, pero prefiero no intervenir.

-Las cosas cambian cuando tu hijo está en coma y los médicos te dicen que es muy probable que no despierte, los divorcios son normales en estas circunstancias. 

 -Espera, ¿cómo que es muy probable que no despierte? ¿Qué me estáis ocultando? ¿Divorcios? ¿Os vais a divorciar? -les miro confuso.

-Christian, Alex no va a despertar -las palabras se clavan en mí como puñales-, el médico nos ha dicho esta mañana que el golpe fue muy grave, y hay muy poca posibilidad de que despierte, pero no queríamos decírtelo. Y sí, nos vamos a separar -dice Anne con la cabeza agachada.

-¿QUÉ? ¿CÓMO QUE NO VA A DESPERTAR? ¿Y DIVORCIAROS? ¡NO PODÉIS, PENSAD EN ALEX! AHORA ES CUANDO MÁS JUNTOS TENÉIS QUE ESTAR, ¡TÚ ME LO DIJISTE! -miro a Anne- ¡TENEMOS QUE SER FUERTES!

-Christian, no va a despertar, es su destino -esta vez Anne levanta la cabeza y me mira a los ojos.

-El destino se puede cambiar, siempre hay una posibilidad, y hay que aferrarse a ello. Pensé que no erais así, pero estaba equivocado. Y creo que mis padres también lo están -me levanto y dejo el dinero del café en la barra de la cafetería, salgo corriendo y me subo a la habitación de Alex.

El destino se puede cambiar (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora