-¿Cuánto tiempo has dicho que lleva así?
Danielle y yo estábamos sentados en el filo de la cama de Alex, mirándolo. Cuando llegamos nos sentamos en la cama y estuvimos mirando a Alex en silencio durante un tiempo. Hasta que Danielle habló.
-Casi unos dos meses… -susurro en un hilillo de voz.
Podría decir que no estaba preocupado ni asustado porque no despertara, pero no estaría diciendo la verdad.
-Bueno…hay gente que está hasta años en coma. Tienes que ser paciente Christian. Es joven, tiene fuerzas para despertar.
-Tú misma lo has dicho, es joven, tiene 15 años, quizás no sea lo suficientemente fuerte para hacerlo.
Danielle coloca su mano en mi hombro, el contacto entre ella y yo hace que me ponga algo nervioso y sinceramente no sé por qué.
-Si yo he sobrevivido todo este tiempo con la mierda de leucemia que tengo, y tengo 14 años, tu amigo puede con esto, hazme caso.
-Tú tan optimista como siempre… -suelto una leve risa.
-La vida no es blanco, pero tampoco es negro…
-Dejémoslo en gris entonces.
Otra vez vuelve a la habitación ese silencio del principio, pero no es un silencio incómodo no, es totalmente diferente a eso. Estoy con mi mejor amigo y con Danielle, ¿para qué pedir más?
-Le caerías bien –digo después de un rato-, a Alex me refiero. Me apuesto lo que sea a que seríais muy buenos amigos. Sois iguales, en la forma de ser quiero decir.
Sus grisáceos ojos se posan en los míos con una chispa de diversión.
-¿Somos iguales en la forma de ser? Casi ni me conoces, no puedes saber cómo soy -enarca una ceja sin apartar su mirada de la mía.
No sé muy bien por qué pero esas 3 palabras se me apuñalan como cuchillas afiladas. “Casi ni me conoces”. Tiene razón, casi ni la conozco.
-Eh… no sé –susurro bajando la mirada-, mi primera impresión de ti es que eres… -me pongo a hacer que pienso con aire de interesante-, vas de pasota, como que no te importa nada pero en realidad te importa mucho más que a las demás personas, y… no sé, me parece que eres de esas personas que quieren vivir la vida al límite.
Danielle se me queda mirando con una mezcla de diversión y sorpresa.
-Te veo muy convencido de tus ideas –me dice sonriendo, como de costumbre-, y sí, has acertado, lo que pasa que yo vivo la vida al límite, literalmente. Si la vida de los soñadores va a contrarreloj, la mía, aún más.
Y entonces entiendo lo que quiere decir.
-Danielle… estoy seguro de que puedes hacer algo para combatirlo.
-Sí, esperar hasta que este jodido cáncer acabe con lo que queda de mí. No tengo familia, estoy huérfana, y los médicos no me dicen que me quedan meses de vida porque no tienen el valor para decírmelo.
Sus palabras me dejan paralizado. Es a esto a lo que me refiero. Alex es igual, te hace creer que todo está bien, que no pasa nada y en realidad se está destrozando por dentro. Me gustaría consolarla, pero no soy muy bueno en eso, si hay algo que me falta es ser convincente, carisma.
Nos volvemos a quedar en silencio un largo rato hasta que se levanta y dice que se tiene que ir. Me despido de ella con un abrazo y la observo marcharse de la habitación cómo no, sonriendo.
* * *
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El destino se puede cambiar (Pausada)
Teen FictionChristian y Álex, dos chicos de 15 años, son amigos de toda la vida. Álex siempre ha sido muy atrevido, y tiene un accidente al montarse en una moto. Christian lo presencia todo y llama a una ambulancia. En el hospital, le desvelan que Álex ha entra...