Capítulo 1 Un mundo sucio

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—Lorena llévame —le insistía por enésima vez. No tenía nada que hacer, aburrida por completo en la casa. La universidad en paro, como por variar y ni de fundas ir a finca, visitar a mi padre con su mal genio y su nostalgia al verme, porque soy idéntica a mamá... No, eso no lo quería por el momento.

—No es una fiesta para ti Vero, ya sabes cuál es el mundo en que me muevo y... —dejó de maquillarse, giró y quedó de frente y no a través del espejo del tocador. Solo tenía su ropa interior puesta de encajes como le gustaban a los clientes "según ella".

—¿Y es que todas tus fiestas terminan mal? —me senté en su cama. Mi compañera de apartamento es una linda modelo que está siendo reconocida en el mundo de prepagos, estudia Bellas Artes, aunque quién sabe cuándo terminará su carrera. Es muy linda, con un cuerpo formado por el cirujano, con un corazón muy noble, aunque, con mala cabeza y algo débil de espíritu, con su autoestima un tanto destruida que solo la anima el mundo artificial. Aun así, la quiero mucho, me ha mantenido lejos de su mundo y en eso es radical.

—¡Está bien! Cuando tengas algo no tan tu mundo ¿me llevas? —sí que andaba aburrida.

—Te lo prometo —suspiró—. Es agradable que aún se encuentren niñas como tú —dijo terminando de aplicarse pestañina en su ojo derecho, luego sacó un corto y vulgar vestido de su apretujado armario, y vive comentando qué no tiene ropa y mis ojos ven que la ropa está a punto de desbordarse—. Este me queda bien ¿cierto? —se vistió, me besó la frente, tomó las llaves de su automóvil y a los pocos segundos escuché que cerró la puerta del apartamento. Salí de su habitación y me tiré en el sofá, me puse los audífonos para estudiar el nuevo idioma que quise aprender. La semana entrante es el examen final y no quiero perderlo, Timón se me acercó, recostó su pesada cabeza en mis piernas.

—¡Qué! ¿Tienes hambre?, o ¿quieres aprender mandarín? —ladró en señal aprobatoria, me levanté, caminé a la cocina, saqué una galleta para perro. Es mi eterno y fiel compañero.

Terminé de estudiar para el examen final del semestre de idiomas, he estudiado varios al tiempo desde que llegué a Bogotá. Mis padres se fueron de la capital para darnos un mejor futuro "según su concepto de vida". Con lo que no contaban es que jamás me gustó la educación en donde viven y desde que tengo 16 años, me regresé, el pueblo es increíble, pero solo para pasar vacaciones.

No puedo quejarme, pronto termino mi carrera de veterinaria, cada año aprendo un idioma nuevo. Vivo con Lorena, quien es hija de la mejor amiga de mamá. Me lleva 2 años, pero su vida es más intensa que la mía. ¡Absolutamente! Solo he tenido un novio. Recordé mi inocente noviazgo, el cual duró mucho sin trascender lo necesario. A los padres de Juan les dolió más que al mismo idiota que me puso los cuernos. Ya se me había olvidado aquel incidente y no sé por qué sale hoy a relucir. Sí qué estoy ¡aburrida!

La tarde fue igual que todos los días. Preparé cena, le dejé a Lorena su plato en el horno y me encerré en mi habitación para verme una película y volví a verme "Mujer Bonita", una vez más, es una de mis favoritas. Al rato me quedé dormida con Timón al lado.

Desperté sin ánimos, cada vez que la universidad queda en paro ya sea por las protestas de empleados, profesores o por estudiantes, pero siempre hay algún motivo para protestar, sin lugar a dudas es un tema típico en mi país. Me fui a trotar. Vivo en la primera planta de un edificio de 4 pisos, buen barrio de Bogotá, cerca de la universidad. Troté por una hora con Timón a mi lado, llevaba una sudadera puesta que hacía juego con el color de su pelaje, café. Es un lindo labrador. Al regresar a casa, mi compañera se bajaba de un gran Vitara último modelo negro, había dos hombres en la parte de atrás, los vidrios polarizados y no les vi bien el rostro, se bajó tambaleando del carro, no quiero imaginarme la rasca que trae, el chofer pitó al verme y lo fulminé con la mirada, lo mandé a visitar al demonio. Esperé a Lorena que sonreía "cual reina de belleza en pasarela", mientras que con mi gesto le reprochaba su comportamiento.

Mundos Diferentes - Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora