Short story

Words (can) kill

Se levanta en la mañana y sale a correr. En su camino se encuentra a su vecino, con quien comparte una sonrisa. Cuando vuelve a su hogar saluda a su familia con alegría, se agacha para tomar a su perro en sus brazos y le da un beso entre las orejas. Vuelve a posar a su perro en el piso, camina hacia su madre y le ofrece un abrazo. Toma una tostada y una taza de café. Charla con sus padres sobre como esta el clima. Su hermana baja las escaleras y va directo al encuentro. Se une al desayuno, burlandose de ella por levantarse tan temprano, lo que la hace reír. 

Pone su taza, ahora vacía, en la pileta y camina a su habitación aún riendo del último comentario de su padre. Cierra la puerta de su habitación, se saca su ropa y entra en la ducha. El agua recorre su piel por veinte minutos mientras su piel se vuelve roja por el calor. Rapidamente se cambia, toma su mochila y con una sonrisa despide a su familia antes de irse. 

Al llegar a su colegio saluda a sus amigas. Se ríe de sus chistes y se une a los chismes. Sonríe en los recreos, susurra con sus amigas entre clases y se ríe cuando la profesora se da cuenta. Al finalizar su día vuelve a su casa caminando con su novio de la mano. Se despide con un beso en los labios. Cena con su familia mientras todos se ríen y comentan la novela de la televisión. Luego de lavar los platos sube a su habitación. Se pone el pijama y se acuesta en su cama apagando la luz del velador.

Ahí es cuando la sonrisa se borra y la primer lágrima cae por su mejilla. Ahí es cuando deja de fingir. Ahí es cuando deja de ocultar sus problemas. Ahí es donde se siente sola. Ahí es donde siente el dolor. Ahí es donde la verdadera ella aparece, cuando nadie puede verla. Nadie la conoce, nadie sabe cuanto sufre. 

Ella es perfecta. Ella tiene amigas. Ella tiene pareja. Ella tiene plata. Ella no tiene un pasado trágico. Pero sin embargo, ella llora. Ella se rompe. Ella se pierde. Ella está sola.

Detrás de la sonrisa más grande y brillante, se esconde el dolor más oscuro. Incluso la gente más alegre y con vida mas "sencilla" sufre en la soledad abrazado a una almohada. No hablemos sin saber. No juzguemos a los demás, por qué nunca sabemos cuanto lo que decimos y hacemos le puede estar afectando al otro. 

Nadie sabe que hay en la cabeza y en el corazón del otro, por ende nadie sabe como una acción o un simple comentario los puede matar, de manera metafórica o literal...