One-Shots Wanda y Vision

Despedida de soltera

Wanda nunca había tenido el privilegio de participar en una despedida de soltera. Si único amigo había sido Pietro, y estaba claro que él nunca había tenido planes de boda, por muchas chicas a las que hubiera seducido.

Quizá en algún punto pensó que una fiesta de ese tipo podía ser divertida. Lo que nunca imaginó, sin embargo, fue que la primera vez que participaría en una sería para ella misma. Y eso sí que no era divertido.

Se había negado rotundamente a tal fiesta, alegando que para ella era un honor dejar de ser soltera para casarse con Visión. Pero ni Pepper ni Natasha le hicieron caso, así que tuvo que verse obligada a aceptar. Además, ellas ya parecían haberlo organizado todo cuando se lo comunicaron, así que no tenía muchas opciones: o aceptaba o les rompía el corazón, especialmente a Natasha.

Para prepararse la llevaron a una de las mansiones secretas de Tony para no correr riesgos de que la bruja contactara con Visión y lo convenciera de ayudarla a escapar. Todos sabían el vínculo telepático que existía entre los enamorados, y no era un riesgos que estuvieran dispuestas a correr. A Tony no le hizo mucha ilusión que su casa fuera la destinada a las fechorías de las chicas, pero las dejó a cambio de poder organizarle él mismo una fiesta a Visión. A Wanda esto no le hizo mucha gracia, pero confiaba plenamente en que su novio no se dejaría engañar por Tony.

La joven sintió que quería morirse al ver el vestido que habían preparado para ella: era rojo, muy ceñido al cuerpo, con un escote que ella ni siquiera se había planteado usar nunca. Y para rematarlo, apenas le cubría los muslos. Intentó huir de nuevo, a lo que Natasha casi la encadenó a la silla para que no pudiera hacerlo. Añadido al vestido también llevaría un sombrero de bruja, también rojo, con un pene integrado en el extremo, y una banda en la que ponía "Una novia muy sexy".

Wanda sabía que estaba demasiado lejos de Visión como para pedirle un rescate de emergencia, pero aún así lo intentó con todas sus fuerzas. Todo fue en vano, ya que entre todas sus queridas acompañantes la obligaron a colocarse aquello sin dejarla rechistar. Iba a ser una noche muy larga, estaba segura de eso.

Una vez que terminaron de arreglarla, sus propias acompañantes se colocaron sus respectivos vestidos. Mientras que a Wanda la habían vestido de bruja, irónicamente, ellas se habían colocado vestidos negros igual de cortos y unas cintas en la cabeza que también llevaban incrustados diferentes órganos sexuales.

La única de sus amigas que se veía algo incómodo con eso puesto era Jane, aunque intentaba sonreír para que Wanda no se sintiera peor. Las demás, Natasha, Pepper, Darcy Lewis, Shuri, Helen Cho, Sharon Carter, Hope Pym, María Hill y Laura Barton, estaban muy encantadas con todo aquello. Wanda se sentía un poco mal por haber arrastrado a aquella locura a la hermana pequeña de T'Challa, y más teniendo en cuenta que aún era menor de edad, pero esta había asegurado que no pasaba nada y que su hermano le había dado permiso de ir.

Al escuchar el sonido de un claxon Wanda supo que la limusina había llegado, y que definitivamente no había marcha atrás. Antes de subir a la enorme limusina le vendaron los ojos para que no supiera por donde estaba, y Wanda sintió que de verdad quería morirse.

-¡Hoy es noche de chicas!- Exclamó Nat, una vez en la limusina, levantando una botella de champan y dando el primer trago de la noche -¿Quién quiere divertirse?

Todas gritaron un gran sí, y mientras la limusina comenzaba a arrancar, la primera botella de la noche fue pasando de mano en mano. 

Con la música a tope y las chicas bailando dentro de ella, la limusina recorrió varias calles de Nueva York hasta que finalmente frenó de golpe. Wanda sintió como todas comenzaban a reírse a carcajadas, y supo que estaban planeando cosas malas. Después escuchó como bajaban de la limusina, e intentó seguirlas, pero teniendo en cuenta que no veía nada por la venda le resultó complicado.