AU - De amores y mascotas (+18)

2.1K 107 213
                                    

"Su gata está embarazada" eran las palabras que no se iban de la mente de Wanda. De hecho, incluso después de haber visto la ecografía y haberse cerciorado de que el veterinario no mentía, Wanda aún no lo asimilaba. Como una madre que acaba de atrapar a su hija haciendo travesuras, Wanda ya había lanzado un par de insultos en Sokoviano a la gata por ser tan inconsciente.

Hacía unos días Wanda había llegado un poco más tarde de su trabajo, completamente agotada después de estar toda la tarde haciendo ejercicios de natación extra. Amaba su trabajo, y a los ancianos de la residencia a los que ayudaba a mantenerse en forma, pero era un poco agotador ya que estos no parecían tener freno. Para su sorpresa, ese día se encontró con la ventana del salón abierta y un visitante extra: el precioso gato siamés del vecino. Alarmada, ya que sabía que Luna, su gata, estaba en celo, obligó al gato a irse por donde había venido, rezando al dios Odín para que no hubiera llegado demasiado tarde.

Al cabo de unos días la gata comenzó a tener un comportamiento extraño. Temiéndose que podía ser un embarazo, a Wanda no le quedó más remedio que llevarla al veterinario para cerciorarse.

"Su gata está embarazada". Las palabras que bajo ningún concepto había querido escuchar. 

Su problema, de hecho, no era exactamente el embarazo sorpresa, sino el padre que su preciosa gata había elegido. O más bien el dueño del gato, su vecino Visión.

Visión Shade se había mudado a la casa de enfrente hacia unos cuantos años. Ellos siempre habían tenido sus diferencias, ya que él era demasiado correcto y ella un poco más rebelde. Sin embargo, al principio se habían llevado bien. Incluso más que eso, se habían convertido en amigos con derechos. Hasta que la desconfianza lo destruyó todo, y su relación se enfrió hasta tal punto de que ya apenas se saludaban cordialmente al verse por el barrio.

Y ahora, por culpa del mal gusto de su gata, Wanda se veía obligada a volver a contactar con Visión. Técnicamente su gato había ultrajado a Luna, así que algo tendría que opinar sobre el asunto. Ella no podía hacerse cargo de la camada entera, y tampoco sabía muy bien que hacer, así que rezaba para que la lógica que siempre había caracterizado a Visión aún siguiera presente. 

Dejó a la gata tumbada tranquilamente sobre una manta y se dirigió a la casa de Visión. Nadie respondió cuando llamó al timbre la primera vez, así que probó varias veces de nuevo. En la quinta ocasión Visión abrió la puerta. Apenas estaba cubierto con una toalla en sus partes bajas, dejando a la vista su escultural torso desnudo, y provocando que los recuerdos de noches pasadas llegaran a la mente de Wanda.

-Disculpa, me estaba duchando -Dijo con obviedad -¿Ha ocurrido algún problema, señorita Maximoff?- Preguntó Visión, enrojeciendo al ver su mirada posada sobre él.

Wanda rápidamente levantó la vista y lo miró a los ojos.

-Por favor Visión, creo que a estas alturas puedes llamarme Wanda- Incluso después de que se hubieran acostado, Visión seguía empeñado en seguir con formalismos absurdos -Lo siento, no ha ocurrido nada grave...es que...bueno, mi gata está embarazada.

-Oh- Exclamó Visión, comenzando a entender que pasaba -¿Y necesitas ayuda con ello? Si tu gata es primeriza, quizá lo mejor sea consultar con un veterinario. Conozco uno muy bueno que te atenderá encantado...

-¡Llevarla al veterinario es lo primero que he hecho!- Exclamó Wanda, exasperada -Vengo porque el padre es el ingrato de tu gato. Lo pillé en mi casa hace unos días. Al principio no le presté atención, pero ahora está más que claro lo que estaba haciendo allí. 

-Pero eso no es...- Visión abrió los ojos como platos, alarmado de repente -De acuerdo, pasa. Dame un momento, voy a vestirme y en seguida estoy contigo. 

One-Shots Wanda y VisionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora