One-Shots Wanda y Vision

Lo que el amor puede superar

La mayoría de las veces era Wanda quién sufría de crisis emocionales. Sus pesadillas, sobre todo aquellas en las que revivía la muerte de Pietro o de sus padres, eran la principal causa de todo. Visión siempre estuvo ahí, susurrándole palabras bonitas al oído, calmando sus miedos, y ayudándola a superarlo todo.

En ese momento, sin embargo, era Visión quién la necesitaba a ella, y Wanda no sabía como ayudarlo. Se encontraba en un punto muerto, tratando de animarlo y esperando en vano que él saliera de su depresión y volviera a ser el hombre que amaba.

Pero no, Visión estaba destruido. Como nunca antes lo había visto. Ni siquiera cuando los vengadores pelearon había entrado en una depresión tan profunda. Hacía semanas que no reía, ni le sonreía, ni tan siquiera era capaz de tocarla. Simplemente le seguía la corriente en todo lo que Wanda pedía y fingía que todo estaba bien.

La vida podía dar muchas vueltas, tanto que un día planeaban tener hijos, y al siguiente no sabían como salvar su matrimonio. Ellos se habían casado hacia muchos años, y no había sido hasta hacia pocos meses en que habían hablado verdaderamente de la posibilidad de fundar una familia. Visión se realizó pruebas para confirmar 100% que no podía engendrar, y aunque no fue una sorpresa descubrir la respuesta, a él le había dolido confirmarlo.

Su primera opción fue adoptar. Investigaron todas las alternativas y decidieron que lo mejor era inscribirse en una agencia de adopción pública, más orientada a la adopción de niños con problemas. Ellos no querían específicamente un bebé, en realidad, así que hubieran aceptado con los brazos abiertos a cualquier niño.

Por desgracia para la pareja, la prensa no tardó en hacerse eco de sus intenciones, lanzando rumores falsos y causando un malestar general en el mundo. Hubo revoluciones y firmas para que no pudieran adoptar, e incluso ataques físicos a algunos aficionados que los apoyaban, lo que llevó a la agencia a denegarles cualquier posibilidad de entregarles un niño. Se excusaron en que no podían permitir que un niño creciera en el ambiente peligroso que rodeaba a los vengadores, pero tanto Visión como Wanda sabían que simplemente no querían causar más problemas en la sociedad.

Decidieron tomarse un tiempo mientras los manifestantes se calmaban, pero sin dejar de lado la idea de ser padres. Visión comenzó a deprimirse, sabiendo que él era el causante de aquello, pero Wanda no permitió que se desanimara. Lograrían ser padres, aunque para ello tuvieran que pasar por encima del mundo entero.

Su segunda opción fue inscribirse en una Agencia de Adopción Privada, donde tendría que ser una madre quien los eligiera. Wanda había dudado mucho de que alguien los quisiera elegir a ellos, pero sorprendentemente eso pasó. Era una adolescente que aseguraba ser admiradora de los vengadores, y que estaba segura de que su bebé no podría tener unos padres mejores. Virginia no podía ni quería cuidar al niño que llevaba en su vientre, pero tampoco había sido capaz de abortar, así que simplemente decidió darlo en adopción. 

Que Virginia los eligiera fue una auténtica alegría para ellos, que pidieron que todo se mantuviera en un estricto secreto para que nadie pudiera hacerles daño. A raíz de ahí, Wanda y Visión se dedicaron a tiempo completo a organizar la casa para adaptarla a un recién llegado. 

Lloraron de alegría cuando Virginia les entregó su primera ecografía,  donde el bebé apenas era una pequeña habichuela sin una forma concreta. Posteriormente hicieron una pequeña fiesta al enterarse de que sería niña, no realmente porque el sexo del bebé les importara, sino porque por fin parecía ser real que iban a ser padres. Los vengadores felicitaron enormemente a la pareja, además de darles diferentes regalos para la bebé y para ellos.

Wanda se despertó una noche sin la compañía de Visión. Lo encontró en la habitación de la bebé, comprobando que todos los regalos de los vengadores cumplieran unas mínimas medidas de seguridad. A ella le había parecido realmente tierno, hasta que se dio cuenta de que lo único que le pasaba era que estaba demasiado nervioso. Visión no solía mostrar sus emociones, pero en ese momento se encontró tan saturado que no pudo ocultarlo más. Estaba muerto de miedo por no poder ser un buen padre para ella niña, por fracasar.