Ethereal ▷ Teen Wolf

VI.

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WOLVES IN THE TOWN
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Entró en el instituto y se encontró a Lydia, se dirigieron a su taquilla, Mailen miró por la ventana y vio a Scott hablar con Erica y a Allison mirándoles desde lejos, no entendía por qué a el director Gerard Argent, el abuelo de Allison, no le gustaba Scott, era un buen chico.

—¿Vamos ya Mailen? ¿o te vas a quedar todo el día mirando por la ventana?— Mailen miró a Lydia.

—Em, no, vamos— Mailen deja de mirar la ventana y sigue a Lydia por los pasillos hasta su clase.

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Mailen entró en la cafetería, y vio a Allison y a Scott sentados espalda a espalda, como si no estuviesen juntos, Mailen odiaba verlos así, percibió que se susurraban entre ellos, sonrió y se sentó en frente de Allison, y Stiles en frente a Scott, cuando el chico de lunares se sienta señalaban una mesa vacía, la de Boyd. Stiles abrió la boca para decir algo, pero Scott le paró y señaló la mesa de las chicas, Mailen supo que lo decía por ella, se levantó, Allison estaba tan ocupada mirando su móvil que ni se enteró, se paró en la puerta, volvió la vista hacia Stiles que le miraba con pena, ella se encogió de hombros y medio-sonrió, se sentó en una banca del patio del instituto, sacó su libro y se puso a leer.

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Mailen salió del instituto, no había hablado con Scott, ni con Stiles, ni Allison.

Llegó a la clínica veterinaria y empezó su turno. Paró ya que escuchó un ruido, una alarma, Deaton corrió a la sala de revisiones, donde había un cuerpo sobre la mesa, y Chris, el padre de Allison, Mailen no veía nada, ni el cuerpo ni el hombre, pero oía voces.

—¿Qué lo mató?— preguntó Chris.

—Solo soy un veterinario— contestó Deaton calmado.

—Se que no eres solo un veterinario— contraatacó el cazador.

Mailen no escuchó más de la conversación. Cuando oyó que se hubo ido el otro hombre y Deaton había salido de la sala ella entró. Un cuerpo. En la mesa. Un cuerpo en la mesa. A la chica se le fue el color de la cara, no oía nada, no se podía mover. Un hombre muerto, delante suya. Deaton entró en la sala y se sorprendió al verla, no se acordaba de ella, se acercó suavemente a ella.

—Mailen, ya se ha acabado tu turno— dijo con delicadeza.

—Ya. Pero a el se le ha acabado su vida— se llenó de valor—. Y quiero saber porqué— el veterinario se debatió internamente si contárselo o no.

—Cazadores, pelean por las presas— respondió sin más. La chica le miró sin creerle.

—Primero, por un ciervo no se mata a una persona. Segundo, eso— señaló al cuerpo— no lo podría haber hecho una persona, ni sus pitbulls mata animales. Eso lo hizo algo más, algo más grande y peligroso— el veterinario suspiró.

—¿Sabes las historias de criaturas mitológicas llamadas hombres lobo?

Deaton no le contó toda la historia. Solo los hombres lobo y los cazadores, no le dijo quiénes eran que, solo lo general, lo suficiente para que se mantuviese callada y no hiciese preguntas.

—A Scott ya se lo contase— Deaton asintió—. ¿Por eso el otro día preguntó sobre hombres lobos?— A el veterinario la chica cada vez le sorprendía más, era astuta, escurridiza y no se la notaba.

—Exactamente— hizo una pausa para mirar el reloj—. Es muy tarde, ¿por qué no te vas a casa? Ya volverás mañana— la chica asintió, cogió sus cosas y salió de la clínica veterinaria.

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Mailen llegó a su casa y se sentó a pensar sobre todo lo que había descubierto hoy. Hombres lobos. Hombres lobos...
Se levantó de el sofá y cogió su portátil. Tecleó en el buscador "hombres lobos", salieron muchas entradas entre ellas la de la wikipedia, entró en unas cuantas páginas y comparó información, lo que más se repetía era que se transformaban cada luna llena, que la plata era lo único que les hería y que tenían súper sentidos. Nada útil, nada de cómo saber si alguien es un hombre lobo.

Mailen pesaba en algo que le había estado rondando la cabeza durante ese tiempo. Si había cazadores en Beacon Hills, tendría que haber hombres lobos. O al menos es lógica...
Se le ocurrió una idea. Una fiesta. En luna llena. Era perfecto, mucha gente y no alcohol, ya que su madre estaría en casa, entonces quien se comportase de manera extraña.. ¡bingo! Habría dado con su hombre lobo.

Salió afuera y se subió a su coche, dio vueltas por el pueblo durante un tiempo, pensando en cómo haría para hacer que todo el mundo fuese a la fiesta. Se detuvo al pasar por la pista de hielo, pensando en aquella noche. Se sobresaltó al oír un ruido que venía de dentro, ¿no se supone que estaba cerrado? Aparcó el coche y entró sigilosamente en el lugar. Entró a la pista de hielo y se escondió entre las gradas, estaban Isaac, Erica, Derek, Boyd y Scott, medio hablando medio gritando, de la nada empezaron a pelear, les cambiaron las uñas, se convirtieron en garras, el pelo les creció en las mejillas, y sus caras se volvieron raras. Mailen tardo un rato en descubrir que eran hombres lobo, el corazón se le hizo añicos, no se lo imaginaba, creía que Scott era su amigo.
Derek hizo a Scott sangrar, pisó su pecho ahogándole, y después se va.

—No deberías desear ser como ellos— Scott miró suplicante a Boyd.

—Demasiado tarde— contestó Boyd—. Ya me han mordido— otro hombre lobo. Como si faltasen—. Pero no quiero ser como ellos. Quiero ser como tú— Mailen salió corriendo lo más silencioso que pudo, se subió al coche y se dirigió a su casa. Por lo menos ahora no tendría que montar la fiesta.

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Scott llegó a la veterinaria deseando hablar con su jefe, entró a la clínica donde estaba Deaton.

—¿Por qué no me estoy curando?— preguntó el chico mientras le enseñaba una herida en el costado.

—Es una herida de alfa, tarda más tiempo— Alan hizo una pausa—. Tenemos que hablar— Scott se sentó.

—Habla entonces— Deaton cogió aire.

—Mailen sabe de los hombres lobos— Scott se sorprendió—. Es verdad, pero no es lo único.

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Jackson estaba en el campo de lacrosse, cuando su coche se queda atrapado en barro. Jackson se enfadó e intentó empujarlo, de la nada un ataque de fuerza le hace levantar toda la parte trasera de su coche. Jackson se puso súper contento, al parecer si que era hombre lobo. O eso o una madre cuyo bebé estaba atrapado.