Día 6

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Usando la ropa del otro.

Karma suspiro agobiando, como no, estaba en clase de japonés, y él, honestamente, detestaba esa clase.

No había razón en particular, solo no le gustaba, no es que se le hiciera difícil o algo, solo...

Era una molesta clase.

—Por favor, Karma-kun, Okuda-san, no olviden sus deberes después de clases.

—Si.—Okuda respondió de inmediato con su acostumbrado tono, Karma, por su parte, estaba dormido.

La clase acabo. Karma seguía dormido, y Okuda se encontraba nerviosa, mirando a todos para que la ayudarán en despertarlo.

¿Y que respuesta recibió?

"Lo siento, Okuda-san, pero no me arriesgaré en ser asesinado por despertar al demonio."

Un ligero resumen de la respuesta de toda la clase. Manami se sentía cansada. Así que prefirió, como toda cobarde, pues tenía despertar y molestar al pelirrojo, en comenzar los deberes de limpieza ella sola.

Lo primero fue el pizarrón. Barrio un poco. Cambio el agua de las flores y puso la fecha de mañana.

Todo perfecto, todo limpio, si se quitaba a Karma.

Okuda suspiro. Tenía la esperanza de que el pelirrojo se despertara y así ella podría seguir su día a día. Pero aún dormía. No entendía del todo porque.

Se acercó un poco, viéndolo, como se esperaba, dormido era igual de guapo, sonrojada movió un poco el flequillo pelirrojo.

—Huh.—Con interés vio la chaqueta de Karma en el respaldo de la silla. El Akabane no acostumbraba quitársela, así que no evitó verse tentada a tomarla y, como no, probarsela.

Una sonrisa apenada mostró Okuda, como esperaba, le quedaba grande, las mangas eran demasiado largas para sus brazos, y si se hablaba de largo, casi cubría su falda. Aún así, le gustaba.

—Huele igual que Karma-kun.—Murmuro, se sentía como esas chicas con las chaquetas de sus novios, de verdad debería dejarla en su lugar y despertar a Karma, y eso iba a hacer.

Pero el sonido de un celular tomando una fotografía la desconcertó.

—De verdad, esto es un buen fondo de pantalla.—Hablo Karma, viendo su celular.

Okuda tardo en reaccionar, para así poder ahogar un grito, y sonrojarse.

—¡¿K-K-Karma-kun?!—Manami le miro con sorpresa, este sonrió.—C-Creí que dormías.

—Eso hacía.—Hablo.—Pero al abrir mis ojos te ví y no evite sentirme aturdido de tanta ternura.

El rostro pálido de Okuda era completamente rojo. Muy, muy, muy, rojo.

—¡De verdad lo siento!

—No hay problema, no me molesta, te queda bien en todo caso~.—Ronroneo el pelirrojo, divertido de la avergonzada expresión ajena.

Okuda maldijo para sus adentros, estaba tan avergonzada, verdaderamente deseaba morir, por lo que, con rapidez, se quitó la ropa ajena.

—¡L-Lo siento!—Clamo, para así tomar sus cosas y salir huyendo.

Karma quedó allí, con la chaqueta en la mano izquierda y su celular en la derecha.

—Tan linda~.—Ronroneo nuevamente, viendo la bella fotografía que había logrado tomar de Okuda sonrojada con su ropa.—De verdad es adorable.

—♥—

Pues... Sólo esto logré.

No lograba imaginar una situación donde karma pudiera usar el uniforme de Okuda sin que la magia negra se interpusiera, así que...

¡La chaqueta cuenta como ropa!

UwU

Adiós ♥

10 días de KarmanamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora