16 | El Plan B

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Capítulo Dieciséis, día tres 2/3

— Pst, Alissa, pst — me llama Faith por lo bajo.

— ¿Qué? — le respondo de la misma forma.

— Tengo hambre — hace un puchero y las ganas de darle una golpe en la cabeza se apodaran de mi.

— Cállate — ordeno cuando el auto se detiene.

— ¿No te pareció raro no haber visto a tu acosadora?

La estruendosa risa de Gabriel inunda el auto. — La verdad fue un gran alivio, ya mucho tengo conviviendo con ese demonio.

Maldito

— ¿Cómo va eso? Al menos no comparten habitación — creo oír a Scott quejarse— ¡Auch!

— Cállate. Se pone nerviosa cuando me ve sin camisa, eso me divierte y hace una rara mueca con sus labios cuando hago algo que no le gusta — el recuerdo de la noche en que entro a mi cuarto viene a mi mente— Creo que voy a poder sobrevivir.

— Me compadezco de ti — mi compidizco di ti.

Las puertas son abiertas y cerradas con un portazo, asomó mi cabeza lentamente por el pequeño hueco entre los asientos, parecía que no había nadie. Empujo los asientos y caigo encima de ellos cuando se abren, miro por la ventana trasera y observo que estamos en lo que parece un garage. Ay no, no, no y no. Díganme que no estamos encerradas.

—Fae...

—¿¡Esto era parte del plan B!? —grita mirando a nuestro alrededor.

—¡Ni siquiera sé cual es el plan B! ¡Mierda! —exclamo cuando golpeo mi cabeza contra el techo. Esta broma esta siendo un desastre.

—Al, está abierto —habla mi amiga saliendo por la puerta trasera, la sigo y cierro con cuidado.

—¿Estamos en una cochera?

Mi desorientación podía compararse a la de una persona en un país extranjero, Faith no me contesta. Veo como traga con fuerza y rasca  su cabello. Comienzo a ponerme nerviosa.

—No me digas qué... qué estamos en...

—Bueno, si lo piensas, es una buena forma de conocer los autos de Scott —me mira inocentemente. Siento que mi ojo estaba a punto de agarrar un tic.

—¿¡Y lo dices así de tranquila!? —medio grito medio susurro.

—¿Quieres que enloquezca? Por qué no creo que te guste verme en mi fase de loca.

La señalo— ¿No es esa tu fase natural?

Me hace burla con su mano, señalando la única puerta que parecía no tener cerradura.

—Debemos entrar, no pienso quedarme aquí hasta la madrugada —camina hacia esta y la miro horrorizada, intento detenerla pero parecía hacer oídos sordos a mis pedidos. Observa por el cerrojo.

—¿Ves algo? —pregunto impaciente. Fae tenía razón. No iba a sentarme a esperar. Yo me metí en esto y debía salir como sea.

—Despejado nuevamente —la agarro por el hombro antes de que avance y me ve expectante— ¿Qué?

—No vayas a fingir ser una espía otra vez, Faith, eso puede cobrarnos la libertad —bufa dándome un leve empujón.

—Arruinas la diversión.

Abre la puerta completamente, avanzo agachada detrás de ella y me recargo sobre la encimera. Se escuchaban unas voces a unos metros de aquí. Estaba un noventa por ciento segura de qué si no nos apurábamos en encontrar una salida sería nuestro fin. Paseo mi mirada por la cocina de un tamaño bastante grande. Mis ojos casi se salen de orbita al ver a Fae intentando alcanzar una caja de cereales en lo más alto de una repisa.

Enamórame, Gabe  #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora