Enamórame, Gabe #1

29 | Como planear un secuestro y no morir en el intento

Capítulo Veintinueve

Esto se salió de control. Jack intentaba quitar a Austin de encima de Gabriel mientras que Acacia peleaba a garras y galones con Viena. Faith por su parte, se encontraba gritándose con Scott mientras que Ashton golpeaba a dos policías. ¿Qué donde me encontraba yo? Pues quitándole las extensiones a Grace. ¿Qué como llegamos a esto? Deberíamos volver unas horas atrás.

12 horas atrás

— Shakespeare es uno de los escritores más importantes de la lengua inglesa. Uno de los más influyentes para los de nuestra época y uno de los más inspirantes en mi opinión —habla la profesora Hataway— Ahora, todos conocemos alguna de sus obras más habladas. Hamlet, Romeo y Julieta, Otelo, ¡Macbeth! Todas...

Cuantas más palabras salían de la boca de la profesora, más se desconectaba mi cerebro. No me malentiendan, aprecio a un buen escritor y admito que he leído Macbeth y Hamlet, pero eso no significa que no me aburran las clases de literatura inglesa. Además, mi cabeza esta maquinando los pasos a seguir para llegar a mi objetivo. Gabriel no ha aparecido por clases hoy, los rumores dicen que sus padres lo castigaron por formar parte de el gran escándalo que provocó, y en el que fue involucrado, y ahora está encerrado en su casa como un princeso. Y al parecer su castigo durara unos días... ¡No puedo permitirme perder tanto tiempo! Por lo que a mi brillante cerebro, mientras tomaba mi café esta mañana, se le ocurrió un brillante plan.

Sacaría a Gabriel de su casa

Admito que no es la mejor idea que he tenido pero, oye, ¿Qué podría salir mal? El timbre suena anunciando que la clase terminó y las ganas de vivir vuelven a ingresar a mi cuerpo. ¡Soy libre! Recojo mis cosas y salgo fuera buscando entre la multitud de gente a mi morena amiga.

— ¡Faith! —grito al ver su cabello. Su cabeza se alza entre las personas.

— ¡Alissa!

— ¡Faith!

— ¡Alissa! — intenta llegar a mi entre empujones—  ¡Muévanse idiotas!

Al estar al lado mío se abanica con una de sus manos, mientras que, como usualmente hacemos, su otro brazo se enlaza con el mío y comenzamos a caminar hacia afuera.

— He hablado con Billy —menciona Fae cuando subimos a su auto. Mi cara tuvo que haber sido suficiente como para que siga hablando— Luego del accidente de sus padres se ha encerrado en su propio caparazón y sumido en una especie de... depresión.

— ¿Una especie de depresión? —pregunto confusa, nunca hubiera imaginado a Billy en esa faceta.

— Andaba con una extraña paranoia de que perdería a sus seres queridos, por lo que salió de Nashville por un tiempo y estuvo en las afueras visitando a sus abuelos y tíos cercanos.

— Y lo pasó todo solo... —murmuro sintiendo la culpabilidad inundar mi pecho y apretar mi garganta. Faith me mira de reojo mientras conduce.

— Porque él nos alejo. Al, no te sientas mal. Mi encuentro con él fue completamente casual en la biblioteca del Instituto.

Mi ceño se frunce— ¿Y tú qué demonios hacías en una biblioteca?

— Leer pues —se encoge de hombros. Entrecierro mis ojos en su dirección, observándola con desconfianza. Faith Murphy y libros no iban de la mano, lo prometo como que mi familia esta demente— Ya estamos aquí.

Y con eso sé que nuestra conversación había finalizado, al menos para ella. Pero no para mí definitivamente.

La casa de Jack era bastante grande y hermosa, hasta parecía una de esas que se encontraba en el barrio de Gabriel. Decidimos que sería nuestro punto de encuentro puesto que mi casa estaba patas para arriba.