22. Guerra

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La guerra había estallado y nadie estaba preparado para tal devastación, nadie pensaba que pudiesen llegar hasta el Seireitei, pero allí estaban los Quincy, acabando con todo, buscando acabar con toda la Soul Society.

Una de las divisiones más fuertes del sexto escuadrón estaba a cargo de buscar refuerzos en Hueco Mundo, pues había alguien poderoso que podría ayudar en la batalla, el sub teniente Shin Hoseok, tenía la misión, ir solo a buscarle dentro del palacio enorme que había en aquella otra dimensión.

Hoseok era un poderoso shinigami, que había ocultado gran parte de su poder, pues no estaba interesado en robarle el puesto a sus dos superiores, estaba bien como el tercero al mando, estaba bastante bien.

Se transportó a Hueco Mundo gracias a los dispositivos de inteligencia, llegando a salvo. Estaba algo nervioso porque desconocía el poder del ser que estaba buscando, sólo tenía su nombre y su clasificación.

—Hyungwon, nuevo cuarto espada. —susurró Hoseok ingresando a aquel enorme palacio, caminando con calma, escuchando únicamente el sonido de sus pasos.

Ese lugar estaba prácticamente desierto, uno que otro arrancar que simplemente hacía una reverencia al verle pasar, pero ninguno respondía de la ubicación del Espada.
En aquel lugar no tenía consciencia del tiempo, no había sol, sólo una inmensa noche en un palacio lleno de iluminación artificial.
El shinigami cruzó un pasillo y se encontró con un patio enorme con una falsa e intensa luz solar, era como si en medio de aquel palacio hubiese un domo de entrenamiento, eso sorprendió a Hoseok.

—Se me agota la paciencia, necesito a Hyungwon. —se quejó el shinigami caminando al centro de aquel lugar de entrenamiento.

El sol le encandilaba, pero vio algo que llamó su atención de inmediato. Un joven, sentado en lo alto de una torre al otro extremo, en la pared del domo, un chico de cabellos rosa pastel, vestido de blanco con algunas costuras en negro, era un Arrancar, pues su cuello lo delataba, lo que había sido su máscara, ahora era una especie de gargantilla con pequeños picos y con un adorno de un enorme aro de acero. Pero no se veía muy fuerte, podría ser un simple Arrancar descansando.

—Que mierda con este lugar tan grande, necesito a Hyungwon. —se quejó para si mismo, sentándose en el piso.
—¿A mi? ¿Por qué un shinigami me necesita? —preguntó aquel chico de cabello rosa, tras haberse movido rápidamente frente a Hoseok, quien volvió a ponerse en pie.
—¿Eres el nuevo cuarto espada? ¿Chae Hyungwon? —cuestionó Hoseok, incrédulo de que aquel flaquito más alto que él y de apariencia tan delicada fuese el cuarto espada.
—El mismo. —respondió el alto abriendo su camisa, dejando ver el tatuaje con el número cuatro a la altura de sus costillas, ello sólo lo tenían los Espadas, además del agujero en el pecho que lo identificaba como Hollow.

Hoseok le detalló, había seguido bien las órdenes de sus superiores, detalló el tatuaje y sonrió, atreviéndose a extender su mano para tocarle, y de hecho le tocó, sobre el tatuaje, acariciando lo suave de su piel.
Nunca había visto a un Espada de cerca, no participó en la guerra de Hueco Mundo, o al menos no directamente, allí estaba experimentando todo lo que su teniente siempre decía, porque el capitán era más bien de pocas palabras.

—Te necesitamos en la Soul Society, es la orden que me han dado mis superiores, llevarte conmigo para ir a la batalla, junto con tus compañeros.—explicó el más bajito tocando la piel ajena con toda la palma de su mano, bajo la inexpresiva mirada del de cabellos rosa.
—Vas a necesitar más que un atrevido manoseo para convencerme, Shinigami. —esto hizo que Hoseok retirase la mano bruscamente del cuerpo ajeno, ganándose una burlesca carcajada del Espada.— Peleemos, con todo nuestro poder, supongo que si te enviaron es porque eres poderoso, quiero divertirme un poco.

30 One Shot Challenge [Monsta X • HyungWonho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora