El contrato [Yuri On Ice/OtaYuri] ~En edición~

Mas secretos por descubrir

2:20 p.m.

Después de seguir con mi "largo" día de trabajo por fin llego la hora de salir, no es que me desagrade lo que hago pero estar bastante tiempo parado atendiendo personas que siempre te tienen un "pero" es totalmente cansado. Además, si le sumamos mi poca paciencia aun mas cansado es.

-Estas listo?- Una voz conocida desde un llamativo auto, el profesor de arte que durante gran parte del día inundo mis pensamientos.
El clima no es muy bueno, las gotas ya empiezan a caer y el resfriado ya esta comenzando a actuar sobre mí; y muy a pesar de eso, yo aún tengo el compromiso de salir con Otabek.

-Listo?

-Si.

-Muy bien, por favor sube al carro, pasaremos a comer a un restaurante.

-Okey- subí a su automóvil, el forro de piel color carne perfectamente limpio, un poco desgastado pero no muy notable, el olor a aromatizante de lavanda junto con el aroma a perfume de Otabek inunda mis fosas nasales, un ambiente muy cómodo para solo ser un auto. Todo era muy silencioso, no iniciamos algún tema de conversación en todo el trayecto, un silencio no incomodo para ninguno.
Hasta que el tono de llamada del teléfono de Otabek sonó, el contesto y con un gesto de disgusto pronunció un simple "Si".

-Lo siento Yuri, al parecer me necesitan en mi trabajo ¿podrias acompañarme?, solo sera un breve momento.

-Está bien, no tengo problema.

Se acerco a mí y ahora deposito un beso en mi mejilla, acaricio mi cabello y una vez mas me agradeció.
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-Tu, trabajas en el museo de artes?

-Si.

-Pero aquí no dan clases como para que seas profesor.

-Lo se.

-Entonces?

-En realidad así me llaman ya que mi padre si lo era, pero yo solo soy el dueño de este lugar no tengo una maestría en artes plásticas o algo por el estiló.
Tengo el conocimiento pero nunca desee ser profesor como mi padre.

-Oh... Entonces el dueño.

-Exacto.

-Intere-Espera, el dueño?

-Sí, soy el dueño.

-Pero como es posible!!!, tu eres el dueño de este gran museo, tu que vas todos los días a un restaurante familiar solo para pedir un café con una orden  de Hot Cakes!!!?

-Exacto, ¿Por qué te sorprendes?

-No... Por nada- Caminamos por todo el pasillo principal, disfrutando de los hermosos cuadros que se exhibían en el gran museo de artes, hasta que llegamos a la recepción, un lugar apartado donde solo había unos sillones color café y un escritorio con un joven de cabello negro sentado arreglando no se que papeles.

-Buenos días profesor, el Señor Giacometti lo espera dentro de su oficina.

-Muchas gracias, podrías ir a la tienda de enfrente y traer algunos bocadillos para la junta, también necesito que vallas a la oficina de JJ por los papeles que le pedí, el ya sabrá.

-Okey enseguida vuelvo.

Hizo una reverencia por respeto, me dijo buenas tardes y salio por una puerta para ir por los mandados.
Nunca pensé que Otabek podría ser así de serio, siempre fue alguien "amable", aunque no siempre sonreía nunca era tan serio o tan seco conforme a palabras.