El porque del como -Parte 2-

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Cuando su tío llegó Yura estaba en el piso lleno de moretones y un poco de sangre, su tía seguía en el piso con el cuerpo de su primo en brazos llorando desconsoladamente mientras decía "mi bebé, mi pequeño bebé".
Yura nunca se quejó y mucho menos hablo, si le dolía pero anteriormente ya lo habían golpeado tanto emocional como físicamente, Yura estaba tranquilo.

Después de eso un montón de cosas cambiaron, decidieron enterrar a su primo y hacerle unas cuantas misas para después sus tíos se pusieran a planear como llevarlo a un orfanato, no lo querían en su casa ni mucho menos tenerlo como familia y durante esos días Yura seguía llendo a la escuela y el mismo se conseguía su desayuno, comida y cena, llegó a quedarse a dormir en las casas de sus amigos he incluso algún parque cerca, regresaba a casa de sus tíos sin que se dieran cuenta solo para bañarse y buscar nueva ropa.

Por un año estuvo de esa manera hasta que un día llegó su tío a la escuela, se lo llevó, le dió una bolsa con toda su ropa y cosas, una carpeta con unos papeles y lo llevó a un orfanato en San Petersburgo.
En cuanto llegaron le dijo que no los volviera a buscar, que ya no eran su familia ni tenían alguna obligación con él, solo eran completos extraños, y se fue, subió a su auto y dejó a Yura parado frente a la gran puerta de madera, tocó un paz de veces y una señora no mayor de 53 le abrió la puerta.

-¿Necesitas algo pequeño?

-Sí... no tengo casa ni familia, mi mamá murió hace dos años y solo tengo estos papeles y mi ropa ¿Podría darme asilo por favor?

La señora sintió pena y ternura ante un niño tan pequeño, su bonito rostro pálido y su brillante cabello rubio lo habían parecer un ángel, además de sus preciosos ojos, dos pares de bellas esmeraldas, sin embargo al niño se le notaba el descuido y tristeza, definitivamente un niño de la calle.

-¿Cómo te llamas pequeño?

Yura se quedó un momento pensativo así que decidió abrir la carpeta que antes le habían dado, la leyó atento y con una linda sonrisa le respondió a la señora.

-Yuri señora ¡Soy Yuri Plisetsky!

La señora sintió su corazón encogerse, era un niño tan tierno e inocente que sin dudas abrazo y le dijo al oído "Bienvenido a la familia Yuri, aquí te cuidaremos y daremos amor" Yuri se sintió feliz al escuchar eso y pensó Bien... Puedo volver a intentarlo, volví a San Petersburgo así que estaré bien, todo saldrá bien... Yuri correspondió el cálido abrazo de la señora y entro al lugar, una nueva vida, una donde podía empezar desde cero y ser un buen niño Un niño bonito y bondadoso.

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Las primeras semanas en el orfanato fueron difíciles, tuvo que acostumbrarse al ruido y controlar su carácter pues prometió nunca volver a hacer eso, logró hacer amigos y llevarse bien con todos, las niñas constantemente lo llamaban bonito y gustaban de ponerle adornos en su largo cabello y joyas como aretes, collares y pulseras, gracias a eso Yuri se dió cuenta que le gustaban esas cosas ser una niña así que siempre se dejaba hacer con gusto y alegría, entro por segunda vez a una nueva escuela con la agradable diferencia de que ahí no lo molestaban, al contrario, los niños lo admiraban por su fuerza y las niñas tanto de su edad como grados mayores lo querían por ser bonito, de hecho el era muy famosos con niñas, jóvenes y señoras, todas lo defendían y querían por ser bonito y amable, aún así su lado un poco grosero y frío con ciertas personas seguía en él.

Volvió a poder practicar arte aunque no era bueno, simplemente era un pasatiempo y forma de recordar a su mamá, se divertía y disfrutaba de una cálida y agradable niñez rodeado de muchos niños y una señora que tenía amor para todo el mundo, también tenía un esposo el cual la ayudaba pero era más frío e inexpresivo y sin embargo con él era muy amoroso, llegaron a decirle que era el favorito pero de inmediato dejaron de decirlo.

 El contrato [Yuri On Ice/OtaYuri] ~En edición~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora