Cap 4-"Comosellame"

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Me estaba vistiendo para ir a trabajar, para ello me vestía algo más decente que, por ejemplo, para el instituto o para estar en casa. Perdón, estar encerrada en mi habitación. En esos casos siempre uso sudaderas y pantalón de chándal, y como no todo ancho. Pero no me gusta nada mi cuerpo y esa ropa es lo único que me hace sentir “segura”. Además que tapaba mis cicatrices.

Escuché que tocaban a mi puerta, no esperaba a nadie hoy. Ni nunca.

Al abrir la puerta me encontré con una chica que no he visto en mi vida.

Era bajita, bastante diría yo. Su tono de piel era muy oscuro al igual que sus ojos, pero no demasiado. El pelo castaño oscuro muy rizado le caía hasta media cintura y me miraba con una sonrisa despreocupada.

-¡Hola!- Me lo dijo con mucha energía y se metió en mi casa como si fuera la suya. Observaba todo con pleno detalle y quien no, la casa estaba destrozada.

Me quedé ahí en la puerta de mi casa sin poder quitarme el asombro. De verdad intenté echar a… “comosellame”, pero no pude, me quedé en shock. De todas formas si iba a robar se iba a decepcionar.

-¿Ya estas lista?- Me preguntó “comosellame” con la sonrisa aún en la cara.

Saliendo de mi repentino trance al fin pude preguntarle- ¿Lista? ¿Lista para qué?-.

-Oh… ¿No te han avisado?- Negué con la cabeza.- Pues… tienes que venirte a vivir conmigo-

Ahora ya no sonreía, su rostro se tornaba serio. ¿Irme a vivir con ella? ¡En qué demonios está pensando!, no la conozco de nada.

-No puedo irme a vivir contigo, ¡no te conozco!- Y era verdad, ni siquiera se su nombre, por algo la llamo “comosellame”.

-Mira… me ha mandado la asistenta social. Como eres menor de edad tienes que vivir con un adulto te guste o no y eso es lo que hace mi familia. Recibe a casos como el tuyo en nuestra casa hasta que se termine de solucionar el problema. No te preocupes, vivimos cerca de la escuela y no tienes que trabajar.- Esto me lo dijo con cara de calma y voz tranquilizadora. Es increíble como le cambian los sentimientos de repente.

-Pero…- En realidad no se me ocurría ninguna excusa.

-Es esto o te vas a un centro, no hay más opciones.- Esto no es posible…-Por cierto me llamo Ayatima Williams y tu eres Wissal ¿verdad?-De nuevo la sonrisa. Solo me dediqué a asentir.- ¿Te vienes conmigo?-

-S-si… solo déjame digerir todo esto y hacer las maletas.- También le di una sonrisa que se vio mas como una mueca.

-¡Genial! Te espero en el coche.-

Aún no me creo lo que acaba de pasar.

Creyendo en lo oscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora