Parte 2

11.6K 874 552
                                    

La tormenta era demasiado fuerte como para seguir. Si no se detenían, no sólo el barco se hundiría, sino que corrían el riesgo de ser atacados por un Escaldaron. En esa situación las probabilidades de sobrevivir eran tan escasas como el sentido de supervivencia vikingo.

Y es por eso que deben encontrar refugio rápido.

El jefe de Berk se preguntaba por qué no había hecho caso a la predicción de la anciana.

El peligro acecha afuera, grandes tormentas te llevarán a tu destino no enfrentado, y dependerá de él perdonarte.

No lo había entendido en su totalidad, pero si la palabra "tormenta" estaba involucrada debió haberse quedado en Berk, pero ya era demasiado tarde para lamentarse, ahora su única preocupación debía ser mantener a salvo a su pueblo en los tres barcos que habían llevado a explorar otras tierras... nuevamente en busca del nido de las bestias.

A los lejos logró divisar una enorme montaña que superaba todo Berk por mucho, pero no tenía tiempo para eso.

Fijen curso a las montañas! ¡RÁPIDO!-ordenó con voz autoritaria.

--¡Sí, señor!

La orden fue acatada de inmediato, informando a los otros barcos del rumbo que tomarían.

Una sacudida atroz hizo que fijara sus ojos en el mar...

-¡Preparen los cañones! ¡Un escaldaron se acerca!-gritó, tan fuerte que se escuchó con claridad hasta los otros barcos-Astrid, Patán, tomen sus hachas. Brotacio, Brutilda y Patapez, preparen las redes, hoy cenaremos ceviche...-murmuró lo último.

La joven rubia y el moreno prepararon sus armas y los demás mencionados las redes. A pesar de tener ya los 20 años no tenían la experiencia necesaria contra los dragones que un vikingo de su edad debería tener, pero no los culpaba, los dragones dejaron de ser vistos hace más de 5 años, cuando ellos aún apagaban el fuego y no se involucraban en las batallas...

Una imágen vino a su mente, lo que provocó su ira total, pero no se permitió ser domado por eso, al menos no por ahora, debía pensar en su pueblo.

-¡Listo, jefe!

Miró por la borda y se encontró con un dragón joven, no tan grande como para tragar su navío, pero sí como para tragar a cinco vikingos delgados. Sus ojos se llenaron de furia y tomó un mazo, se lanzó contra el dragón pero antes de siquiera notarlo el dragón se sumergió.

Sentía el brusco movimiento del barco al ser chocado con brutalidad desde abajo, rompiendo parte del casco del navío principal.

Estaban en graves, graves apuros, y sólo era un dragón joven.

Detrás de ellos se oían los gritos de los vikingos también atacados, pero por otros dragones. Genial, más visitas.

El escaldaron salió y disparó agua hirviendo a las velas, haciéndole agujeros, repitiendo la acción con el resto del barco donde vikingos corrían para sacar el agua que entraba, los mas jóvenes lanzando hachas y espadas para tratar de darle al dragón

Estoico y Bocón hacían ruido para afectar su puntería, pero no parecía tener efecto alguno.

-¡Estoico, los barcos se hundirán si no hacemos algo pronto!

-¡Eso ya lo sé! ¡Debemos ir a las montañas, tendremos ventaja!

-¡YA LO OYERON, IDIOTAS APESTOSOS!

Estaban más cerca, ya casi. La lluvia torrencial evitaba su visión a más de 5 metros, pero no podían hacer nada para impedirla. No entendía por qué estaba así el clima, si habían rezado a los dioses por un buen viaje, se había asegurado del clima con alguien que no fuera Gothi e incluso sacrificó una oveja como ofrenda.

Con eso me bastaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora