A Lovely Calling [Teddy & Lily]

13. Antes o Después.

La puerta del despacho de Remus Lupin se abrió, dando paso a una joven de cabello rubio platino y puntas azules.

—Hola Remus –saludó.

—Delphini –contestó en un tono tranquilo.

—Estás bastante tranquilo ¿no lo crees?

— ¿Por qué no debería estarlo?

— ¿Te pusiste de acuerdo con Fleur Weasley para fastidiarlos y así, desistieran de estar juntos?

—Estás loca...

— ¡Que tú te negaras por tanto tiempo estar con Nym, no significa que Ted sea un cobarde, él ama a Lily, y debería estar luchando por ella, no dejándola casar con otro tipo.

—El prometió que aceptaría la decisión de Lily.

—Sí, y ella estaría besuqueando a Ted, si sus acciones no estuvieran bajo coacción de la loca de Fleur Weasley ¿no lo crees?

—En realidad, no sé de qué hablamos –aceptó.

—Lily se estará casando con Lorcan en unas horas –soltó –y tu hijo está hecho una fiera, porque te prometió que lo aceptaría, pero... tanto tú, como la familia de Lily han estado jugando sucio, ellos son unos idiotas, jugándoles limpio a su familia aprovechada, que están haciendo de todo, por separarlos.

—Es complicado –contestó Remus.

—No me interesa, hablaré con Tonks, y le preguntaré que tan al tanto está ella.

—Ella no sabe nada, lo sabes.

—Pues ya debería saberlo.

—No vas a meterte Delphini, ellos no están hechos el uno para el otro.

— ¿Y quién lo dice? –Bramó -¿tú y los Weasley-Potter? –Negó -¿ya ves que sí hay cosas peores que la magia oscura o ser un mortífago?

—Cuida tus palabras –murmuró enfadado.

— ¡Y tú cuida tus acciones! –golpeó el escritorio con las palmas abiertas.

—Delphini...

—Ted es mi familia, y voy a apoyarlo, porque... tal parece que su padre no puede.

—Que sea realista, no significa que no quiera verlo feliz.

—Bueno, no hubieses inventado lo del vínculo, y hecho que renunciara a ella.

—Yo no... ¿cómo lo sabes? –soltó sorprendido.

—No soy tan idiota como Ted –aceptó.

—Vaya...

—Le pregunté a Nym –aceptó.

—Ya lo sabe.

—Quiere hablar contigo, y Oops, creo que va a pedirte el divorcio.

—Delphini –le gritó, pero no esperó.

—O—

Observé a Delphini, que estaba enfadada, sonreí, ya que siempre ponía una mueca graciosa cuando estaba enojada, claro que no dije nada, o se pondría histérica.

—Ni se te ocurra... -se quedó callada cuando una lechuza golpeó la ventana.

— ¿Quién es? –pregunté.

—Un amigo –arrojó el pergamino a la chimenea.

— ¿Por qué estás enfadada?

—Pelee con tu padre, y bueno, como todo Lupin de sangre, es un idiota cobarde, te fajaré los pantalones.

— ¿En serio? –reí.

—Haré que hables con Lily.

—Ella no quiere, ama a otro.

—Que bien, no importa, pero sabrá de tu boca todo, no por una estúpida nota.

—Va a casarse en unas horas.

—Por eso decidirás ¿ahora o después?

Me quedé callado, si hablábamos antes, quizás, tendría una oportunidad para que no se casara con Lorcan, podría robarme a la novia, sonreí, esa posibilidad me gustó.

—Hablaré con ella ahora.

—Alto –me detuvo –no puedes ahora.

—Pero... tú dijiste...

—Hablarás con ella, antes de la boda, pero no ahora.

—Bien –fruncí el ceño en desconcierto.

—Vayamos a cenar, tengo hambre.

Delphini eligió un lugar muggle, donde se relajó notablemente, no entendía su furia, en un momento parecía un terremoto, y al segundo, era más tranquila y tierna que un oso de felpa.

— ¿Segura que estás bien?

—Hablé con Victoire.

—Oh ¿qué dijo? –sonreí incómodo.

—Que eres un idiota, cabeza de torposoplo.

—Wow –reí.

—Que no comprendía porque eras un idiota y no habías buscado a Lily al segundo después de que la dejaste.

—Espera... yo no... jamás le dije...

—Ella ya sabía que Lily te gustaba, incluso antes de que tú lo notaras, la forma en que siempre la buscabas, la mirabas, le hablabas.

—Sí que fui muy obvio entonces.

—No te dejó porque también sabía lo que la pequeña Lily sentía por ti, pero era muy joven, así que fue el vínculo que los mantuvo unidos por años, por eso le sorprendió que no fueras a buscarla cuando lo de ustedes terminó.

—Bueno, hubiese sido más sencillo si su madre no fuese una...

—No culpes a Fleur Weasley de tu falta de carácter y decisión, Ted.

Observé a Delphi, no comprendía porque estaba hablándome así, siempre había respetado mis decisiones, y sólo se había limitado a intentar convencerme de lo que se suponía era correcto, jamás me juzgaba.

— ¿Segura que todo está bien? –cuestioné.

—Todo estará bien, si tu charla con ella va del lado correcto –murmuró.

Hola, primero que nada, muchísimas gracias por el apoyo que le están dando a la historia, significa mucho para mí, ya saben, sólo restan dos partes, y la siguiente -si no hay imprevisto alguno- será publicada el viernes, gracias por todo.