¡Nunca dejes de sonreír... Idiota!

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Buenas tardes, después de años (literalmente años) de no publicar nada, de repente llega mi musa, con toda su fuerza (después de ver una publicación de una historia que sigo) y simplemente apareció esto (Con todo y mis fallas ortográficas) y me dije ¿Por qué no publicarlo? y he aquí el resultado. Espero les guste
Los derechos de Boku no hero academia o "My hero academia" le pertenecen a Kohei Horikoshi, yo solo tomé a sus personajes para crear esta historia.

Son exactamente 30 días, pero no sé si publicaré con continuidad, pero prometo terminarlo (Algún día) Espero les guste y si tienen alguna duda, sugerencia o comentario, con gusto les responderé.

Aclaraciones y otros

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Día 1: Una selfie juntos

"A veces no lo digo, pero siempre lo siento"

Tomó su celular, para ver si esta vez prendía, y nada sucedía. Era quizás la quinta o sexta vez que realizaba esta acción en menos de un minuto. Golpeó su cabeza contra la suavidad de su almohada, nunca esperó, que llevarlo con él a la ducha ocasionara aquel percance.

Nunca imaginó que después de ducharse, mientras secaba su cabello, su celular resbalara entre sus manos, y cayera estrepitosamente contra el suelo mojado, una y otra vez, hasta que terminó en un pequeño charco que se había formado luego de su ducha.

Con rapidez, levantó su celular del suelo, y lo apagó inmediatamente, con un borde de su toalla lo envolvió, y sin importarle que estuviera aún en toalla, fue hasta la cocina, sacó un poco de arroz, y la puso en una taza honda, luego introdujo su celular allí.

Mientras él realizaba esa acción, sus compañeros estaban a unos pasos de distancia, algunos con la boca abierta, preguntándose qué diablos era lo que le había pasado, para que saliera así, con el agua que aun escurría de su cabello, y con una cara de pánico.

Kirishima se volteó avergonzado, y afirmó un poco la toalla, para que esta no se cayera, subió la toalla en sus hombros, para que cubriera tanto su cabello que aún goteaba, como el sonrojo que empezaba a expandirse por su rostro, lleno de vergüenza. Caminó con la cabeza gacha por la pena, apresurando su paso, con una mano en la toalla en su cadera, y con otra sosteniendo el plato hondo con un montón de arroz, y su celular dentro de este.

Suspiró, feliz de que no se hubiera encontrado a nadie en su camino de vuelta, pero aun así, estaba seguro que nadie olvidaría ese vergonzoso momento. Con un cuidado impropio de él, puso la taza, sobre una mesita de noche, y se cambió observando atentamente su celular, dentro de este montón de arroz.

Se sobresaltó cuando recordó que debía desmantelar primero su celular, quitarle la batería, y eso hizo, y lo dejo toda aquella noche, y esperaba que no quedara inservible, más después de un día, su celular no prendió, lo intentó de mil maneras diferentes, con este conectado directamente a una fuente de energía, le pidió a Kaminari que utilizara un poco su Quirk para recargarlo, pero aun así seguía sin funcionar, nada de lo que hizo servía.

Gritó de frustración (Era su tercer celular dañado en menos de un mes) ese celular lo había comprado a cuotas, y todavía debía la mitad de este, y ya no servía ni de pisapapeles, allí tenía anotado, en su agenda digital, todas las fechas importantes (Ya que él solía ser bastante olvidadizo). El grupo de whasapp en donde comparaba respuestas con Denki, y con otros compañeros, y aunque sonara increíble, varias selfies de él, junto a Bakugou.

¡30 días y contando!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora