Druidas

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Lo ultimo que recuerdo es decirle a mi padre que voy a Roma por motivos de lo que fue nuestra familia en el pasado.

-Y bien  cuanto nos falta para llegar a Roma- a Antonella se le escapa una risa cuando termine la frase - que te da risa de lo que te dije-

-Nada es que solo ir a Roma nos tomaría mas o menos dos meses ida y vuelta- 

-Esta bien, a donde nos dijimos-

-A una pequeña sede de los druidas en la capital- la capital nunca he ido, es un lugar donde la gente y la reina viven mientras que los aldeanos trabajamos en el campo.

-Siempre he querido ir a la capital-

-No has ido a la capital?-

-No la verdad, pero quiero ir por las bibliotecas que tienen una gran variedad de libros de diferentes temas-

-Pensar que casi no sales del pueblo-

-Oye, eso ofende-

-Perdón, la verdad yo no me imagino no viajar por el mundo-

Después de un rato llegamos a la capital, era mas vacía de lo que pensé, se veía con un tono gris triste sin color.

-Antonella, la capital siempre es así-

-A que te refieres-

-Triste sin color, sin vida-

-La verdad no siempre es así, en veces ahí carnavales donde todo es color y fiesta-

-Y no es época-

-Cierto, pero te prometo que si terminamos con cerbero vendremos a un carnaval-

-Me parece bien-

Llegamos a un edificio parecido a una iglesia era enorme, a la puerta nos esperaba un sujeto alto pelo castaño con traje tenia una cicatriz en la mano izquierda con forma de una cruz y un hacha.

-Señorita Antonella veo que viene con un acompañante-

-Si  Jefry , el es Mateo a tenido varios encuentros con cerbero-

-Y veo es por eso que lo trae aquí a la sede-

-No es eso, no te puedo decirte ven a la reunión de los druidas mas tarde-

-Esta bien, los llevare a sus habitaciones para que puedan asearse antes de la reunión.

Me sorprendí que tenían habitaciones, pensé que las tendrían ocupadas por los aprendieses. Cuando llegue a la habitación era muy espaciosa, enseguida me dirigí a la ducha para bañarme por el viaje tan largo, termine de bañarme sala a la habitación me seque y vi ropa en la cama era un traje de cuatro piezas sin contar los zapatos.

Me puse el traje pero no podía con la corbata, he enfrentado lobos de tres de cabezas pero no puedo amarrarme una simple corbata valla tipo que soy.

-Puedo ayudarte-

-Antonella, si te lo agradezco- ella se veía hermosa con su vestido blanco aun degradado rojo que resaltaba los risos de cabello y sus hermosos ojos verdes.

-Mateo, esa camisa combina con el color de tus ojos- no entendía a que se refería hasta que vi en el espejo que mis ojos se podían ver simple vista -veo que te pasa algo, puedo saber que sucede-

-No nada debe ser este lugar- lo dije todo sonrojado mientras ella me veía.

La mire fijamente a los ojos me fui acercando a su cara, al punto de que casi sentía sus labios para darle un beso.

-Jóvenes los druidas los esperan para la reunión- nos separamos rápidamente los dos sonrojados, cruzamos un par de veces las miradas antes de llegar a la sala, conde se encontraban seis sujetos con traje sentados alrededor de una mesa se semicircular pero resaltaba uno sobre los demás uno con traje blanco.

-Bien joven Antonella que la trae hasta la sede de Francia-

-Como ustedes saben mi misión es encontrar a cerbero llevarlo a la sede de Roma o si la situación lo requiere eliminarlo, esta chico es hijo de quien destruyo a la bestia y recupero el poder lobo original- los sujetos parecían intrigados por lo que decía Antonella en especial aquello lo de la bestia.

-Usted quiere decir que el padre del joven venció a la bestia y recupero el poder del lobo original-

-Si, es cierto-

-Entonces porque no trajo su padre si el fue quien lo recupero-

-El es el huésped del lobo original, solo el contenedor del original puede saber lo que hizo Ángel durante sus primeros en su misión-

-Si es así necesitamos una prueba, la primera es ver el color de sus ojos-

-Si esta bien- acepte si esto es importante.

-Esta bien pero falta otra, solo el original es capaz de soportar una inyección de wolfsbein, que bien es conocido por matar a criaturas de tipo lobo- desabroche la manga del traje para que Jefry con una inyección introdujera wolfsbein en mi sistema.

-Estoy listo- la aguja se introdujo en mi brazo dejando entrar el liquido, pasaron algunos minutos sin que sufriera algún cambio en mi.

-Tenia razón señorita Antonella el contiene al lobo original-

-Cuando he faltado a mi palabra-

Nos retiramos de la sala nos dirigimos a nuestras habitaciones ya que estaba oscureciendo, no podía concentrarme era tal que no me había cambiado no pensaba en otra cosa que no sea la escena donde casi beso a Antonella, para despejarme un poco salí a caminar un poco subí al segundo piso donde se encontraba una terraza salí pensé un poco sobre lo ocurrido me sente en una silla al lado de la puerta y fue cuando entro Antonella al parecer ella tampoco pudo dormir ya que no se había cambiado.

-Antonella-

-Mateo, sobre lo que paso en la tarde yo...-

-La verdad quería hablar...- cada uno se acercaba al otro -sobre eso es que yo te quería decir- nos acercamos a tal punto que nuestros labios pegaron produciendo un beso entre dos jóvenes que se conocieron apenas unas semanas atrás, pero que parecían conocerse de toda la vida.

-Creo que ya no tenemos que hablar de eso- bromeaba toda sonrojada.

-Si es cierto-

Guerra de lobos: CerberoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora