RECESS

1: Siempre a tu Lado

Alice no es la narradora.

Yo lo soy.

En alguna parte de la historia aparecere, y sabran mi identidad. Pero no ahora. Solo cabe decir que he pasado ocho años al lado de Alice y que ni hoy ni mañana la dejare sola.

Pero asi comienza. La historia de Alice y Sonny. Dos incomprendidos hermanos-de-no-sangre. Una pianista sin piano y un pintor sin pinturas.

Literalmente.

11 de Enero, 2014.

¿Reconoces esa fecha? ¿Te suena familiar? Pero claro que no. Para ti, humilde lector, fue un dia comun y corriente. O eso espero. Pero para Alice Lewis fue el dia (o más bien, noche) más largo de su vida. A lo que a mi concierne, y eso que tengo ocho años, es que, todos, en alguna etapa de su vida, al estar en un coche vieron de reojo o con claridad a un perro tumbado en la calle, muerto.

Pero esta no fue la ocasión.

Esto fue aun peor.

Pero para que entiendan, les dare mejor un vistazo a mi vieja ciudad. Tal vez eso les haga entender un poco acerca del caso de Sonny Haggerty.

Mi ciudad. Lamento no poder darles el nombre, lo he olvidado. Cuando pasas al mundo de los muertos te obligan a olvidar varias cosas. A tu familia, tu ciudad, tu nombre, tu cantante favorito... Pero no el momento de tu muerte. A muchos los obligan a repetir ese momento miles de veces. Yo solo llevo repitiendolo ocho. Pero aun asi, sigo, Y JURO QUE SEGUIRE recordando a Alice Lewis y a Sonny Haggerty. Por alguna razon nunca, aunque varias veces quise, pude quitarmelos de la cabeza.

En fin, mi ciudad. Si. La ciudad en la que toma lugar nuestra historia. En ninguna pelicula saldra una ciudad como esta. Ni siquiera en aquellas donde salen ciudades desvastadas por la guerra, o de documentales de lugares pobres. La ciudad era distinta. Todas las casas eran bajitas, de un piso, un poco largas, si, pero el limite promedio de personas que podian vivir comodamente en cada una era de tres. Y el cielo... Siempre parecia triste. Gris, gris, gris, y las nubes, infladas, como cuando vas a comer a casa de la tipica abuela que te alimenta a reventar. Justamente asi era el cielo. De dia, gris, olvidado por el sol completamente. Pero de noche... parecia que las nubes se alejaban para dar paso a las brillantes estrellas que relucian en un cielo sin luna, completamente negro. Perdon, me salgo del tema, me encanta recordar el pasado. Excepto la parte importante de mi ciudad. La parte "reluciente" de la gema.  La Muerte. Cadaveres, corrupción, muerte, avaricia, drogas, falta de dinero, de trabajo, niños muriendo de hambre, sangre de inocentes deslizandose por las alcantarillas como si fuera basura. ¡BASURA, MALDITA SEA! ¡YO! ¡SABIENDO TODO ESO A LOS OCHO MALDITOS AÑOS! Por mucho tiempo por ello me alegre de estar muerta. Triste, pero cierto. Como sea, con esto ya dicho, supongo que puedo iniciar a contarles, como nuestros personajes se conocieron...

Ella habia ido a comprar helado.

El, cigarrillos.

Ella volvio en su auto, sana y salva.

El, todo lo contrario.

Recuerdo que esa noche llovia. Nada de estrellas. Que triste. Llovia como nunca lo habia hecho. Aun asi, no muchos se dieron cuenta de esto, paso a las 3:43 a.m. Ni un minuto más, ni uno menos. Ninguno de los dos se imagino que algo asi pasaria. Ir al supermercado, comprar lo que necesitas, y volver.

Ninguno volvio a casa esa noche.

Alice iba en su auto, manejando tranquilamente, con el bote de un litro de helado en el asiento del copiloto y la música de Skrillex a todo volumen. Ironico, ¿no? Una pianista que adora la electronica-hard-punk-dubstep. Pero llega lo impactante. Con una cuchara llena de vainilla entre los labios, y una canción que iniciaba, la castaña con puntas azules, diviso un cuerpo a mitad de la calle.

Al principio, inundo su cabeza de pensamientos tontos, como 'Eso es un enorme perro', o 'Esto no esta pasandome'. No seas estupida, Alice. Pero claro que esta pasandote esto. Sus flacuchos brazos y piernas comenzaron a temblar, y penso en ignorar el bulto y salir de ahi rapidamente. Pero el bulto se movio. Y el sentido humilde de Alice florecio. 'Ayudalo. Sal de aqui, y ayudalo'. Pero pasaron diez minutos para que saliera del auto. Incluso, le dio un poco de vergüenza salir de ahi, solo con su patetica pijama (pantuflas de gato, una camiseta negra y unos pantalones de dormir blancos con gatitos negros). Pero todo eso se volvio borroso cuando se acerco al chico. Tenia sangre saliendo de sus labios y nariz, una larga herida en su tronco, y varios huesos rotos.

Las palabras de Alice fueron claras.

-¿911? Es realmente urgente...

El chico lanzo un alarido, como si fuera verdaderamente un animal arrollado.

El helado se derritio.

La música se apago...