7: Espejos rotos

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Clase de pintura. Los cuatro chicos estaban reunidos en el mismo equipo (como se esperaba, un cliché) y la joven maestra les habia pedido un trabajo acerca del futuro.

-Quiero que representen en una pintura lo más parecido a el futuro para ustedes, por favor. Las pinturas seran expuestas el viernes a primera hora por unos muy buenos criticos, asi que les pido que hagan lo mejor que puedan. Comiencen.

El primero en hablar fue Thomas, preocupado por el poco tiempo que les habian dado para organizarse(media hora). La siguiente fue Alice, tomando el control del grupo.

-Ben, toma nota. ¿Que pasara en el futuro? Primero que nada, Robo-Hitler, ese hijueputeh volvera y asesinara a los reggaetoneros. Muy bien, ¿que más?

-¡No soy rara! Soy algo diferente, pero no soy rara, ¡no estoy loca!- respondio Sonny, imitandola con una extraña voz aguda. Recibio un golpe, claro.-¡Eh, no tomes provecho de que yo no golpeo niñitas!

-Raramente soy una chica.

-Tengo dos cosas frente a mi que hacen que piense lo contrario...- los tres chicos abrieron más sus ojos ante eso.-Me refiero a su cabello y al maquillaje, malditos pervertidos.- No entendia nada.-Ademas, no se preocupen, conozco de alguien que sabe pintar bien.

-¿Se podra saber quien es ese alguien?-le pregunto Ben, inclinandose un poco a Sonny. Okay, no estoy TAN acostumbrada a narrar esto de Ben "enamorado". Es raro.

-No. Pero esa pintura estara aqui para mañana, solo necesito esto...- dijo Sonny, sin tomar en cuenta a Ben, y acercandose a los botecitos de pintura de la mesa. El timbre de salida sonó y todos salieron disparados por una puerta que parecia haberse hecho más grande de repente, ya sabes, por dejar pasar a tantos adolescentes de golpe. A tantos excepto a Alice. El salón se quedo vacio muy pronto, y cuando pense que ella iba a salir, vi que solo saco su cabeza para ver si quedaba alguien en los pasillos. Solo unas cuantas porristas y el conserje. Despues, entro de nuevo, y de adentro de un closet que parecia nadie abria en clase, saco tres paquetes enormes de galletas Oreo. Los metio en su mochila y se fue corriendo.

Esto no era bueno.

·.·.·.·.·.·.·.·.·.·.

-¿Por qué no llegaste al autobus?- Sonny y Alice se encontraban caminando de vuelta a casa. Al parecer, Alice se habia demorado más de lo esperado asi que el autobus la dejo.

-¿Y se puede saber por que TÚ no subiste?-Sonny tampoco subio, asi que aqui estaban, caminando casi un kilometro para llegar a sus casas. Ya iban a la mitad, aun asi.

-Fui a la dirección, la señorita Vasquez me hayo los cigarrillos...-Mentira. No subio al bus por que ella no lo habia hecho. Punto.

-¡AWW! ¡El bebé no tiene su lechita!- balbuceo Alice en respuesta, pero antes de seguir bromeando, Sonny saco otra cajetilla de su chaqueta. Y si, encendio otro cigarrillo.-¿Como cuantos te fumas por día?

-No me cambies el tema. Responde.- hubo un pequeño silencio incomodo, y Alice respiro con fuerza.

-No puedes obligarme a responder.

-¿A no?-antes de poder darse cuenta, Sonny la tenia cargada en sus hombros, y comenzo a dar vueltas.-¡RESPONDE!

-¡NO! ¡PSICOPATA! ¡NIÑATO! ¡CRIO! ¡CAPULLO!-Sonny no se detuvo, es más, comenzo a cantar una extraña versión de Thrift Shop. El rostro de Alice comenzaba a verse rojo, y su estomago daba vueltas.-¡Okay, okay! ¡Pero bajame, maldita sea!-Sonny se detuvo de golpe, y la bajo suavemente (por suavemente me refiero a que la lanzo a una banca).

-Bueno, ¿que me ibas a decir?-Alice no queria decirle la verdad. Veia en su rostro que estaba buscando una especie de  excusa. No tardo mucho en encontrarla.

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