Capítulo V: Instinto

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Era muy temprano en la Aldea de Konoha, Sarada se encontraba de brazos cruzados mientras se apoyaba en el muro de la estructura que se encontraba en el Centro, un sitio en donde lo catalogaron oficialmente como su punto de reunión.

No pasa mucho tiempo hasta que Mitsuki es el segundo llegar; Sarada elevó su vista y sus ojos se ampliaron de asombro. Su compañero apenas parecía poder estar sobre sus talones, con algunas ojeras y casi con una mirada perdida, parecía enfermo.

Él se recargó contra la pared, y suspiró como si hubiera dado una larga caminata.

— ¡Mitsuki! — soltó sorprendida mientras se acomodaba los lentes — verás… no es mi intención ofenderte pero te ves terrible ¿Acaso no dormiste lo suficiente?

Mitsuki la miró vagamente ¿Dormir? No, gracias. La última vez solo le confirmó a idea de no volver repetir esa acción, solo le daban malas experiencias o algo así, la verdad no quería pensarlo, ya tenía suficiente con sus problemas.

- No es una necesidad vital para alguien como yo – respondió con desapego encogiéndose los hombros.

— Entiendo… — pronunció ella con lentitud, simulando comprender lo que acababa de escuchar — Me enteré que te fuiste de la aldea, lo más probable es que el viaje en cierto modo te afectó

— Sí, supongo — dijo un tanto distante. Él sabía perfectamente que no se trataba de eso.

— ¡Ya llegué! —

La voz de Boruto se sintió como un retumbe en la cabeza de Mitsuki. Su voz, su presencia era a estas alturas algo difícil de lidiar.

— Tarde como siempre Borutonto — dice ella mientras ponía sus manos en la cintura.

— Se dice “buenos días” señorita perfección —

Se puso al frente desafiándola, ella esquivó su mirada con rechazo.

Boruto se enderezó y volteó su mirada hacia Mitsuki disimuladamente, hasta que el otro se percató también, haciendo que sus miradas se encontraran. No duró tanto ya que Mitsuki escapó de ello mirando hacia el suelo, lo que sorprendió a Boruto, pero más que nada lo ofendió así que desvió su mirada al costado soltando algunas rabietas.

Por supuesto, Sarada no estaba ajena de eso. 

— ¿Me perdí de algo?—

— ¡Nada! ¡No pasa nada! — el tono de Boruto sonaba notablemente molesto. Solo comenzó a adelantarse a pasos zancados mientras dirigía el camino.

— No te preocupes, vayamos con Konohamaru sensei a hacer la misión — agregó Mitsuki en un tono conciliador, poniéndose a su lado.

Sarada enarcó una ceja con una evidente confusión mezclada con escepticismo.

—Haré de cuenta que les creo — dijo continuando el recorrido — Sin embargo, una misión es una misión

— Yo solo espero que sea una misión corta – irrumpió Boruto con un tono mordaz - lo que más quiero es que termine este día dattebasa

Pero para la mala suerte de Boruto, las misiones de rango D como buscar gatos o juntar basura en los parques no resultaron ser así, de lo contrario, su misión era de rango B, y para colmo se realizaba fuera de la Aldea, lo que podría durar hasta el día siguiente.

Tenían que regresar en el pequeño pueblo en donde realizaron su primera misión: Arrozal Verde, la tarea era simple, tenían que encontrar el responsable de la destrucción de las cosechas que servían para comerciar y así conseguir los ingresos para mantener sustentada la aldea.

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