Capítulo VII: Voluntad

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Se detiene en la entrada de la biblioteca de Konoha. Ignorando todo aquello que lo rodeaba. Debían regresar estos libros de datos, historias, etc. Durante todo este tiempo se mantuvo enfocado solamente en esas cosas, para distraerse ya que no podía pasar tiempo con Boruto como antes.

Salir al exterior después de unos días encerrado podría servir para aprender a controlar sus propios impulsos. Y le funcionaba.

Sin embargo tenía sus efectos adyacentes.

Mitsuki apoyó su mano en el pecho, sintiendo esa pequeña molestia que si bien, no se comparaba con otras sensaciones que lo entorpecía al rededor, era bastante incómodo.

Aprendió a vivir con eso a que llama abstinencia, mediante la cual sabía controlar. Eso sí, siempre y cuando no estuviera involucrado Boruto.

Las razones eran sencillas, pero todo esto se terminó confirmando durante la última misión que tuvieron con el equipo. Las cosas terminaron bien para todos, exceptuando por un detalle.

Boruto sufrió una pequeña herida en su mejilla.

Como siempre Sarada lo regañaba por su incompetencia, Konohamaru sonreía con nerviosismo y Boruto era bastante terco que solo fruncía el ceño mientras desviaba su mirada con disimulo al otro lado.

Y “al otro lado” se encontraba Mitsuki, ambos se miraron desde su posición, pero Boruto cambió de dirección ante eso. Y Mitsuki entendía completamente eso.

Sabía que el motivo era por el incidente de la misión. Desde ese momento era incapaz de mirarlo a la cara, si bien antes no podía, después de esto era aún peor.

Sin embargo en estos momentos comenzaba a experimentar de nuevo esas sensaciones molestas.

Esto no había sucedido hace algún tiempo.

Pero era diferente, podía mantenerse en su posición. Pero sin perder su vista hacia Boruto, en su herida y el líquido carmesí que adornaba.

En vez de causarle repulsión o sensaciones incómodas, esta vez la sangre actuaba como un estimulante, y en efecto, el origen de aquello era muy importante. Porque aquello tenía un nombre y apellido.

Boruto Uzumaki

Tenía un efecto en él. Sentía desconexión con el medio, todo lo demás se difuminaba y solo se reducía en eso. 

Su curiosidad se convertía en tentación, en querer saborear el líquido carmesí de Boruto. Tragó saliva. Si tan solo…

Todos esos pensamientos se disolvieron como polvo cuando Sarada le puso un parche sobre la herida. Mitsuki sintió como su pecho se aflojaba y como nuevamente su mente se despejaba.

De nuevo, de nuevo sentía ese deseo incontrolable, algo que simplemente su mente actuaba sin estupor.

¿Por qué surgían esos pensamientos de esa forma?

— No bajes la guardia Mitsuki

La voz de Sarada lo sacó de su trance, vio que ella lo miraba con seriedad. Mitsuki comenzó a preguntarse si sospechaba de algo, o en el peor de los casos, si Boruto le contó algo sobre el incidente.

No, ella tenía razón, no debía bajar la guardia. En las misiones eran otra cosa, en donde todo se reducía a eso y la concentración era lo más importante.

Y tampoco debería importarle si Sarada sabía algo o no. De lo contrario ella lo lamentaría en involucrarse en asuntos que no le corresponden.

Seguramente no era casualidad que ella se vistiera de rojo, combinaba bastante bien con su sangre derramada.

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