Tantas noches, tantos soles, tantos insomnios esperando encontrar una brújula. Algún mapa, alguna dirección que me marcara la equis, que me diera una meta. Largos caminos en busca de un destino construido a base de pabilos, que tendían a prender a la primera. Siempre me ha gustado ir en contra del viento, notar como mi pelo ondea a su son, vestirme con el salitre y andar descalza, gritar con letras y llover a carcajadas. Más nunca supe a donde ir a parar.
Es irónico cuando te pasas la vida buscando aquello que tienes al lado. Cuan ciego y estúpido puede llegar a ser el ser humano, que, a pesar de agudizar la vista, es incapaz de vislumbrar a través de las cortinas que cubren sus ojos. Pero, no sé como y bajo que pretexto, además de ciega decidí (im)ponerme una venda.
Pero ya no más, me arranqué la venda y tiré el microscopio.
Tras tantos años de búsqueda fallida, me di cuenta de que la única equis que había, era la que me (im)ponía. Me pasaba la vida mirado la brújula de los demás, anhelando tener una igual, más por fin comprendí, que soy más de improvisar. Odio los caminos reales y las autopistas, las discotecas y estereotipos. Pero eso sí, hasta hace algunos cafés, me decía a mí misma; "mejor sola que mal acompañada". Pero ahora que (me) lo pienso, estoy conmigo, no puedo estar sola. Aunque también es cierto, que siempre había (creído) estado sola.
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Letras en topless
PoesiaEl arte de "escrivivir" no es una materia que se aprende para vivir, sino para sobrevivir. Porque todo buen escritor@ que se precie está un poco quebrado. Las letras se cuelan por esas grietas. Y, es que hay tanto que decir, pero tan pocos para escu...