☔Bam|Gwa|Bi☔ |Noche y lluvia| «SEVENTEEN» «The8 Y Tú» «Minghao» «Xú Mínghào»

07

Un día común, luego de la anterior semana la cual fuel el aniversario de la escuela, teníamos un día muy normal de clases.

Aunque, habían cosas en las que tenía que pensar, o más bien, los maestros no nos dejaban de recordar que...

— Bien chicos, ¿Ya saben a que secundaría ingresarán?

Esa pregunta...

yo no tenía idea y respuesta.

Siempre creí que estaría aquí para siempre, lo sé, es algo ingenuo y tonto, pero me gustaba vivir en mi ignorancia.

Mamá había dicho que podía elegir la que quisiera.

El problema es que, no se cual escoger, porque no tengo ninguna en mente.

— ¿A qué secundaria...? — Miré la hoja de mi cuadernillo, la pregunta estaba escrita en el papel, y no podía pensar en que anotar.

Y por quinta vez, mirando como todos respondían con facilidad "Planes que tengo para la secundaria" Saqué la punta de mi pobre lápiz, que poco a poco se quedaba sin la figurita.

La secundaria es un punto de partida, para decidir lo que harás en un futuro.

Me falta mucho, pero influye en mi decisión...

Aaaaaaah ¡Es mucho para mi pobre corazón!

Poco después de estar pensando, me di cuenta, que el perrito que era la figurita de mi lápiz, estaba sin ojos y sin nariz.

— ¡Nooooo!

— Oh...pobre Dingo.

Miré al responsable de esa voz, estaba posado a mi frente, y no podía evitar mirarlo con derrota y esperanza.

— ¡Minghao! ¡Dime a que secundaría irás!

El chico movió su cabeza en negación, y después me mostró su hoja.

— Estamos en las mismas. — Su hoja, la cual estaba completamente vacía como la mía.

— Oh no...Eras mi único recurso. — Deslicé mi barbilla en la paleta de la silla, con mucha desilusión.

— ¿Y por qué tanto empeño? — Hao se inclinó a la altura de mi rostro, y me miró de una manera preocupada.

— Yo quería estar contigo, fueras a donde sea. — Lo miré, a sus ojos muy asombrados por mi sincera respuesta.

— Tú...Debes de elegir tu propio camino, no siempre puedes seguirme. — Me mostró una de sus sonrisas juguetonas y confusas. Mientras acariciaba con cariño mi cabeza, guardando un poco de distancia entre sus manos.

— Sí, sí puedo, iré a donde sea que vayas, ¿Podemos quedarnos juntos en la misma escuela? Por favor.

Le rogué con mis ojos, y tomé una de sus manos,  quitando él la anterior que estaba en mi cabeza.

— Hmm, ahora estamos juntos. — Acarició mi mano.

— Síiiii, pero yo quiero decir siempre.

De repente, su mano dejó de acariciar la mía, solo la sostuvo, mientras ejercía un poco de presión en ella.
Sentí nuevamente esa corriente tan extraña y fría que emanaba esa aura blanca.

Y después, nuevamente esa mirada, aquella mirada y sonrisa que me decía que todo estaría bien. Esa mirada que te dice que no tienes de qué preocuparte.

— Jaja, estas loca, termina eso y ya. — Se levantó de cuclillas, riendo en su manera característica y despreocupada.
— Veré que puedo hacer, así que debes intentar lo mismo.