Capítulo 1. Leyendas

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La Isla Oasis, una pequeña parte del Planeta A dónde habita la mayor parte de la gente en todo el mundo. Dónde las vacaciones y las fiestas de verano no hacen falta, cada día la multitud puede gozar de una pequeña reunión calmada o una fiesta a lo grande, también muchos de los héroes que se conocen por todo el planeta se resguardan en este lugar, en pocas palabras una isla maravillosa de ensueño.

Dónde por supuesto no hace falta nuestro protagonista, un pequeño gato de apenas cinco años de edad, con un pelaje anarajando muy llamativo y sus bigotes obscuros, es un animal sin nombre, pero todos en la calle lo conocían como Nino. Como cada día, su rutina diaria era salir a dar paseos largos por alrededor de toda la oasis, el podía sentir el aire frio golpeando su cara con suaves rafagas, la vista de aquel mar que los alejaba de la civilización y la parte favorita de su rutina diaria que era ir a la playa sentarse en una banca enfrente de el mar y observar la enorme luna llena, aunque para otros les pareciese algo aburrido para él era conmovedor.

Un día martes como cualquier otro, el sol estaba a temperaturas exageradas, mucha gente se encontraba en la playa intentando refrescarse de aquella tarde calurosa, Nino estaba sentado en la banca que siempre ocupaba, sin compañía, solo veía a toda la gente, a las demás familias divirtiéndose, muchos pensamientos pasaban por su cabeza en ese momento,

- Hace mucho que no puedo dormir - sus pensamientos eran centrados en eso,

Sin pensar en el tiempo, la noche ya estaba a unos cuantos minutos y todos en la playa se comenzaban a retirar. Las sombrillas, las toallas, y los juguetes eran levantados de la arena, muchos padres cargaban a sus hijos que ya estaban dormidos, el bar que se encontraba a espaldas se llenaba de gente soltera, gente triste, o de algunos grupos de amigos que solo se iban a divertir un poco. El cielo se comenzaba a llenar de pequeñas estrellas y como siempre al lado de la luna se encontraba esa pequeña estrella azul que siempre brillaba por la noche.

Algo llamo la atención de Nino , del bar salió un hombre de estatura alta , con ropas obscuras y un cabello teñido en un color azul muy claro , se dirigió a gran velocidad a un pequeño risco cerca de el mar solo para sentarse en la punta mas alta y ver la luna llena ,

- Ese tipo esta haciendo lo mismo que yo - Nino podía verse reflejado a el mismo al ver a aquella persona tan peculiar ,

La vista de aquel hombre no se apartaba por ningún segundo de la enorme luna , pareciese que el tipo no parpadeaba. El tiempo paso tan deprisa que todos en el bar ya se habían retirado , en la playa solo quedaban Nino y el chico de cabello azul , después de un rato el chico de cabello azul se percato de que Nino lo estaba mirando fijamente , ahora ambos se observaban fijamente , se podía sentir la tensión en el ambiente , se podían escuchar las olas del mar , algunas aves cantando , otras solo se podían escuchar revoloteando en el cielo oscuro , los latidos de Nino aumentaron , la mirada de aquel sujeto era muy fría , una mirada sin expresión alguna , era como ver la sombra de alguien.

Nino se dispuso a ir a casa , aquel tipo lo hacia sentirse incomodo. Los pensamientos volvían a nublar su cabeza ,

- Hace mucho que se me ha prohibido dormir , han pasado meses desde ese día -

Al salir de la playa , noto un lugar extraño , llamo su atención al ver dos estatuas grandes iluminadas en un color dorado. Nino atravesó la calle para ver de que se trataba. Aquel lugar nuevo era un museo , tenia una enorme entrada pero no se podía ver nada por dentro. Pero , este era un homenaje hecho para los héroes que vivieron hace mucho tiempo y dieron sus vidas para proteger las cuatro islas , el museo se encontraba cerrado , pero las luces doradas hacían que Nino se centrara en las estatuas.

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