Ese fin de semana, resultó ser realmente muy divertido. Entre ir a la alberca, la playa cercana, comer una barbacoa al aire libre, jugando baloncesto, un poco de volei y waterpolo sin reglas, terminando solo lanzándose agua o los balones indiscriminadamente, todos habían estado divirtiéndose de una manera que ni siquiera Midorima podría negar.
Varias veces había terminado siendo arrastrado por Takao a un sin fin de cosas a las cuales, si al comienzo maldecía al menor, terminaba divirtiéndose con todos los demás. Pero Takao, en su afán de hacer esto mas divertido, se propuso el hacer reír a carcajadas a Midorima aunque todo mundo le dijera que aquello era prácticamente imposible.
De pronto, la electricidad se terminó yendo del hotel, causando un par de sustos de los presentes, afuera, estaban dando mantenimiento a las albercas y los juegos, e ir a la playa ya era demasiado tarde. Todos se encontraban en la sala de estar del primer piso -donde todos se hospedaban-, aburridos, algunos se quejaban mientras que otros pasaban el momento completamente en silencio hasta que a Kise se le encendió una idea interesantemente rara.
─ ¿Y si jugamos algo? ─ preguntó.
─ ¿Y que se te ocurre? ─ dijo la voz pesada de Aomine a su lado. Kise se llevó una mano al mentón para poder pensar. Ya habían estado jugando algunas cosas entre todos, no se le ocurría algo así a simple vista.
─ Juguemos esto. ─ fue la voz de Akashi que les hizo levantar la vista, frente a ellos, el pelirrojo sostenía la caja de un juego un tanto curioso.
─ ¡Se ve divertido! ─ dijo Kise, con el rostro iluminado, Takao miró la caja con las cejas levantadas. Lo conocía y no es que no le agradaba la idea -de hecho solo de imaginarse las situaciones que se presentarían con aquel juego, ya le daban de carcajearse.
─ Hagamos equipos. ─ propuso Himuro que tomaba la caja de las manos de Akashi. ─ Dos equipos, así nos podremos enfrentar por rondas. Al final podemos apostar alguna cosa. ─ sonrió hacia todos que le miraban atentamente. ─ Bueno, en América solemos jugar así. ─ respondió ante las miradas de todos.
─ Bien. ─ Akashi se acercó. ─ La Generación de los Milagros estará junta, contra ustedes. ─ miró al castaño que le acompañaba.
─ Pero Akashi, ustedes son seis, y nosotros somos cuatro. ─ se quejó Takao con cierto berrinche.
─ Cierto. Kise. Vas a ir con ellos. ─ ordenó.
─ ¡¿Yo porque?! ─ intentó quejarse pero al final solo con la mirada de Akashi fue suficiente para ir al equipo de Kagami, que le recibieron con una sonrisa un tanto comprensiva. ─ Yo quería estar con Aominechii y Kurokochii ─ se quejó.
Takao y Himuro se terminaron riendo mientras Kouki le daba palmaditas de consuelo. Fue cuando comenzaron a preparar el juego. Era simple, en el tapete con un montón de lunares de colores debían de colocarse los dos contrincantes, y después, alguien hacía girar la manecilla sobre el tablero para poner la extremidad -mano o pie correspondiente- en el lunar de color más cercano.
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30 días Contigo
FanfictionEllos ya comparten una relación que en realidad no tiene nombre, pero que para ellos así funciona bien... o al menos eso parece. 30 historias cortas de la vida de Midorima y Takao.