Flores ✿ LuWoo

❀ uno

Lucas caminó hacia su casillero luego de una larga clase de matemáticas. Había sido una mañana realmente agotadora y lo único que quería era darle un abrazo gigante a su mejor amigo, de esos abrazos que calman cualquier tipo de malestar que tengas guardado dentro.

Pero lamentablemente cuando llegó a su destino no se encontró con su querido JungWoo hyung esperando por él en el casillero vecino. En su lugar, descansaba un ramo de rosas rojas pegadas al metal junto con una nota que decía «Eres hermoso».

Imbécil, pensó YukHei. De seguro el regalo había sido cortesía de uno de los idiotas que intentaban aprovecharse de JungWoo cada que tenían oportunidad.

El mayor había sido víctima de imbéciles que trataban de pasarse de listos con él muchas veces, seguramente gracias a su apariencia inocente y tranquila. Lucas siempre llegaba a tiempo cada vez que sucedía y luego tenía que encargarse de consolar a su hyung, aunque al rubio no le representaba ningún problema ser el apoyo de JungWoo, para nada. Por más que le doliera verlo llorar, una parte de él se sentía bien abrazandolo y dándole mimos por largas horas hasta que este se quedase dormido en sus brazos.

Se mantuvo por unos segundos con el ceño fruncido de rabia observando el pequeño papel hasta que sintió el aroma dulce del perfume de JungWoo. Su expresión se relajó y encerró a su hyung en un cálido abrazo apenas este estuvo en su campo de visión.

—Xuxi, me estás asfixiando. —dijo el más pequeño seguido de una suave risa que aumentó luego de que el más alto comenzara a hacerle cosquillas. —Ay, Lucas, m-me estoy q-quedando sin aire. D-detente.

—Lo siento hyung, te extrañé mucho.
—las cosquillas cesaron pero el rubio no deshizo el abrazo.

—Sólo estuvimos dos horas separados, ¿tanto me necesitas? —Lucas se sonrojó luego de la pregunta pero afortunadamente JungWoo no lo notó porque posó su atención en el ramo de rosas. —Oh, que lindas flores.

El peliplateado se alejó de los brazos del contrario para tomar el ramo y olfatearlo. YukHei volvió al estado de enojo en el que estaba anteriormente.

—No me digas que piensas guardarlas. —espetó.

—Son hermosas y me gustan mucho, ¿por qué no debería de guardarlas?

—Porque te las envían con segundas intenciones, quizás.

—¿Y si esta vez todo es diferente? ¿Qué pasaría si la persona que dejó esto busca algo bueno conmigo? —JungWoo preguntó a Lucas con esperanza.

—No te engañes, hyung. Conoces a los imbéciles de aquí, sólo buscan dañarte. Que te envíen unas miseras flores no significa que te quieran para algo más que un revolcón. —soltó sin pensar, dejando que el resentimiento hablase por él.

Se arrepintió de sus palabras cuando vió los ojos de su hyung cristalizarse, dando paso a pequeñas lágrimas que resbalaban por sus mejillas. Lucas no perdió tiempo y comenzó enseguida a limpiarlas con sus pulgares, pero se rindió cuando luego de unos minutos estas no dejaban de caer. Tomó a JungWoo de la mano y lo llevó hasta uno de los cubículos del baño para tener más privacidad.

Estuvieron abrazados por un largo rato en el que el mayor pudo sacar todas sus penas en forma de llanto mientras que el menor se golpeaba mentalmente una y otra vez por haber herido los sentimientos de su amigo. YukHei esperó pacientemente a que JungWoo se calmara y decidió romper el silencio cuando sintió la respiración relajada del más pequeño sobre su pecho.

—Perdóname.

—¿Por qué pides perdón? Lo único que hiciste fue decirme la verdad. —dijo el peliplateado con la voz débil luego de haber llorado.

—No, me comporté como un idiota y no medí la intensidad de mis palabras. Fui un imbécil al igual que ellos por haberte hecho llorar. —el rubio fue acariciando lentamente el cabello de su mayor, creando así un ambiente mucho más ligero.

—Soy un tonto sensible.

—Pero eres mi tonto sensible.

—Yah, Xuxi. —JungWoo dió un suave golpe al pecho de Lucas. Ambos rieron y se quedaron callados mirándose a los ojos durante largos segundos. —Te quiero.

—Yo también te quiero, hyung.