❀ cinco

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Un somnoliento Lucas se diría camino a casa luego de una cansadora jornada de escuela el día viernes. Se había quedado hasta altas horas de la madrugada preparando una sorpresa para JungWoo, aún le faltaba la mitad del trabajo pero aquello lo haría en unas horas más.

Cuando llegó a su hogar, se dirigió enseguida a su habitación y puso una alarma que lo despertase a las 4:30 p.m, hora a la que JungWoo saldría de su casa. Durmió lo suficiente para no parecer un zombie por la tarde, tenía que verse cien por ciento fresco para su hyung.

La alarma sonó y Lucas se levantó, poniendo todas las cosas que necesitaría para su sorpresa en una mochila. Salió de su casa en dirección a la de JungWoo, sin olvidarse de calcular la hora antes para saber si este había salido ya de ahí. La sorpresa requería a JungWoo lejos del lugar y aquel momento era ideal, ya que se llevaría acabo la cita. Ya eran las 5:00 p.m y de seguro el mayor ya había salido de su casa hace mínimo diez minutos, porque amaba llegar temprano a cualquier encuentro.

Llegó a su destino y tocó el timbre, esperando a que alguien le abrirse la puerta. Luego de unos segundos está fue abierta por el padre del peliplateado.

—Hola, señor Kim. —saludó YukHei.

—Hey, Lucas. —saludó igualmente. —JungWoo no está en casa en este momento, ¿qué se te ofrece?

—Necesito entrar a su cuarto porque tengo una sorpresa para él.

—¿Por fín te atreverás a confesarte? —preguntó el mayor levantando una ceja y sonriendo.

—A-algo así. —respondió el rubio con las mejillas encendidas en rojo.

—Pues pasa, Wong. Siempre eres bienvenido aquí.

Agradeció tímidamente y corrió hacia el cuarto de Jungwoo, había estado tantas veces en aquel hogar que ya lo conocía de memoria. Sacó todos los materiales que había traído y puso manos a la obra.

El menor había notado durante los últimos días que a su hyung le encantaban las flores, por lo que la sorpresa consistía en llenar el techo de su habitación con flores de papel que el mismo Lucas había pintado y recortado con sus propias manos.

Tardó una hora en dejar todo listo, así que se sentó a esperar que JungWoo llegara de su cita. Pasó alrededor de treinta minutos esperando, los cuales aprovecho para ensayar las palabras que usaría para confesarse, pero ya se estaba impacientando y un mal presentimiento estaba creciendo dentro de su pecho.

Preocupado, salió corriendo en busca del mayor. Al salir recordó que el punto de reunión sería en el parque que se encuentra al lado de su escuela, por lo que dirigió su trayecto hacia aquel lugar.

El sitio era bastante grande, así que lo recorrió de esquina a esquina para poder encontrar al peliplata y asegurarse de que se encontraba sano y salvo. Comenzó a desesperarse al no encontrarlo y por un momento pensó lo peor, pero se relajó un poco al reconocer la silueta de JungWoo a lo lejos. Todo se veía bastante tranquilo pero aquello inquieto más al menor, quien se escondió tras un arbusto para observar lo que sucedía.

Vió como ambos chicos se sentaban y compartían un beso que puso a arder la sangre de Lucas en celos, no le gustaba para nada la idea de alguien más poniendo su asquerosa baba sobre los delicados labios de su hyung.

Un quejido fue el que lo hizo salir de su burbuja de celos, este había salido del más pequeño gracias a que el otro chicho lo toqueteaba sin su consentimiento. Lucas se puso furioso, nadie tenía el derecho de tocar de esa forma a JungWoo, absolutamente nadie.

Sin pensarlo dos veces, salió de su escondite y lanzó el cuerpo del desconocido al suelo, golpeándolo una y otra vez sin detenerse, dándole su merecido por haber tratado de pasarse de listo con su JungWoo.

Cuando terminó su trabajo, se levantó del suelo e inmediatamente abrazó al mayor dándole toda la seguridad que necesitase. Todo en su mente se enfocó en JungWoo y nada más que JungWoo, el resto de cosas podía esperar, incluso la sorpresa.

Flores ✿ LuWooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora