Corazón roto.-

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Tiempo atrás.

Para Kim Taehyung un corazón roto no se asemejaba a un vaso o plato que se quebraba al caer al suelo. No se sentía como sí le hubiesen arrancado algo de su cuerpo a la fuerza y de sorpresa, tampoco como sí le hubiese golpeado tan fuerte como sacar todo el aire de sus pulmones al punto de sentir que se ahogaba. No, ninguna de esas metáforas se acercaba a lo que él consideraba que era un corazón roto.

Para él, un corazón roto era lo mismo que quedarse congelado y en absoluto silencio.

Era volver al momento exacto en que sostenía con la otra mano una bolsa de comida tailandesa y una sonrisa bailaba en sus labios mientras abría la puerta de la habitación que había frecuentado por más de un año. El segundo preciso en que sus ojos se abrieron por la sorpresa de encontrar a su pareja en la cama con alguien más.

Un corazón roto significaba encontrar a uno de tus mejores amigos penetrando a tu novio.

Era quedarse con los ojos fijos en esa escena y no poder decir ni hacer nada. Sólo quedarse ahí quieto, con la bolsa en una mano, la sonrisa desaparecida y el corazón latiendo con cada embestida como si fuesen dos sinfonías armonizadas. El mundo no se había detenido porque ellos dos seguían moviéndose uno contra el otro, sus gruñidos y jadeos retumbando en sus oídos y las paredes, su corazón seguía en su puesto y nada parecía haberse quebrado.

El tan sólo estaba ahí, congelado y en silencio.

Y permaneció así hasta casi quince minutos después, cuando fue testigo de cómo ambos hombres sobre la cama alcanzaban el orgasmo con gemidos vigorosos y sonrisas perezosas, extendiéndose uno sobre el otro mientras sus respiraciones se acompasaban y la calma del post sexo los nublaba lentamente. Ninguno había sido consciente aún de Taehyung, quieto en la puerta con una bolsa de comida fría y sin ningún gesto en su rostro.

No fueron conscientes de él hasta que Hoseok se estiró en la cama después de una sesión de besos con el otro hombre, hablando de cómo se habían divertido una vez más y que seguramente debían repetirlo. No lo determinaron hasta que, a quien él había llamado por años uno de sus amigos más cercanos, no se levantó mostrando su desnudes y se giró para recoger su ropa desperdigada por el suelo.

No fue hasta que los ojos de Hoseok se toparon con los suyos, que ambos hombres se dieron cuenta del testigo mudo que habían tenido.

.- Tae...

La voz de Hoseok brotó estrangulada, como sí él no fuese más que una ilusión y estuviese esperando que desapareciese en cualquier momento. Taehyung habría querido serlo, habría querido que todo fuese una simpe jugarreta de su mente, pero ni siquiera podía pensar en eso, sólo siendo capaz de sentir sus manos engarrotadas en la bolsa de comida y el pomo de la puerta, su cuerpo tenso y su corazón agitado.

Su novio se había levantado de un salto, sus ojos abriéndose considerablemente mientras jalaba la sábana sucia de sus fluidos hacia sus cuerpos para cubrirlos, como sí de esa forma desapareciese lo que acababan de hacer, como sí con eso pudiesen cubrir los vestigios de lo que Taehyung ya había presenciado por largos minutos.

.- ¿H-hace cuánto estás ahí?

Taehyung no supo cuál de los dos preguntó aquello, pero él tampoco tenía una respuesta para para quien lo haya hecho. ¿Desde que habían decidido pasar por encima de su confianza y su amor? ¿Desde que habían empezado a joder como dos animales calenturientos? ¿Desde que ambos habían considerado que podían joder sin condón incluso cuando se suponía debían pensar en su salud y la de las parejas que ambos tenían por fuera de ese cuarto?

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