Fetiche sexual | NaruHina

Muffling

Título: Fetiches sexuales

Sumary: Los deseos más oscuros se esconden detrás de algo tan inocente como la ropa.

Para el reto Kinktober, todo un mes con fetiches sexuales como tema principal.

Advertencias: Ooc, Limme, Lemon, Lenguaje adulto, Situaciones para adultos.

Disclaimer: Naruto no me pertenece.

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Hinata hizo un fuerte sonido hueco al chocar contra la pared del cuarto matrimonial, al pretender ir contra los deseos de su esposo. Ambos se miraron en silencio, retándose mutuamente sin estar dispuestos a ceder, en cuanto el rubio se había enterado de que su hijo de dos años estaba dormido no había perdido el tiempo y se había lanzado directo contra su esposa a pesar de las negativas de la pelinegra por el poco tiempo del que disponían.

Desde que Boruto había nacido los dos habían tenido mucho cuidado, primero para velar por su sueño, después para evitar ser descubiertos y causarle un trauma al pequeño, hecho que tenía a Naruto algo frustrado.

—Esto es en serio, Naruto-kun, nosotros no podemos...

—Vamos Hinata...—masculló ronco el de ojos azules, usando su caliente cuerpo masculino junto a todo su peso para apresarla. —La puerta está cerrada —aseguró, mirándola desesperado. Ella siguió negándose.

Eran pocas las veces en que tenían alguna discusión y cuando pasaba ella podía llegar a ser muy terca, no le gustaba demasiado, pero si quería ganar tenía que jugar sucio con ella.

—Por favor entiéndelo, si él se despierta...—murmuró débilmente, sintiéndose intimidada por la picardía de su mirada. La elevada temperatura del rubio comenzaba a afectarla, pero era su deber mantenerse firme, a pesar de que la creciente excitación que nacía de su vientre bajo comenzara a hacerla dudar.

—Hina-chan...—exclamó con ternura, haciendo uso de uno de sus pucheros más efectivos para convencerla.

Ella intentó liberarse de su agarre pero fue inútil, Naruto era mucho más fuerte, y viendo que nada estaba funcionando su marido pasó al ataque, depositando ligeros besos en el contorno de su cuello con todo cuidado, haciéndola suspirar. La vio tensarse, pero todavía sin ceder.

Hinata hacía todo lo que podía para ignorar esa sensación de cosquilleo que nacía entre sus piernas y la incomodidad que el pedía a gritos ser tratada adecuadamente, luchando para ser soltada sin lograrlo. Muy en el fondo no sabía si era porque no podía o porque secretamente había extraño demasiado esos arranques pasionales entre los dos. Fue sorprendida cuando lo sintió morderle los labios para obligarla a abrir la boca, apenas teniendo tiempo para pensar en el doloroso encuentro por culpa de los besos desenfrenados de su esposo devorando toda su cavidad.

Haciendo uso de la lengua Naruto delineó el contorno de sus labios, succionando con los propios muy suavemente y jalando cada tanto, mientras presionaba su creciente erección contra el estómago de la mujer que amaba. Podía sentir como inconscientemente ambos movían sus caderas buscando estar más cerca y sonrió para sí cuando empujó bruscamente su pelvis, clavándose en su vientre y la hizo sonrojar.