— Cap, ¿tenemos café?
— En la alacena, ayer salí a comprar algunas cosas que faltaban, Peter me dijo que necesitaba colores y llegamos a la tienda de pasó— Roger quien se encontraba mirando algo en la computadora, señaló la alacena superior donde normalmente guardaban el café, azúcar, condimentos y los dulces favoritos de Peter, donde no los alcanzaba claramente.
Tony estaba por salir a una reunión con Rhodey sobre negocios de la empresa, cosa que si bien Steve no entendía del todo, apoyaba a Tony en la mayoría de las cosas, y como todo hombre de negocios, debía salir de casa no sin antes tomar una taza de café; encendió la máquina de café que había armado hace unos meses atrás que hizo hervir el agua en pocos segundos, entonces fue en busca del dichoso bote de café. Pero si en algo — y en muchas otras cosas más — se parecía al pequeño Peter, era en no poder alcanzar las alacenas.
Si, por muy ridículo que sonara, el gran Tony Stark alias Iron Man no llegaba a la gaveta superior de su propia cocina cuando alguna vez alcanzó el cielo literalmente. El solo comparar ambas situaciones le hacía tener una rabieta interna, pues desde su punto de vista era estúpidamente ridículo.
Sin más soltó un suspiro poco visible y oíble para estirar su brazo en dirección a la gaveta, donde claramente, no la alcanzo, meneó la cabeza mientras entornaba los ojos, luego se colocó de puntillas y ni aun así logró alcanzarla, a pesar de que le faltaban unos pocos centímetros.
— Maldita, ¿quién diablos mando a diseñar esto?— Dijo entre dientes.
Enseguida y casi sin que se diera cuenta Steve se colocó a su lado, y con toda la tranquilidad del mundo estiró su brazo, abrió la gaveta, y saco el bote de café. Lo extendió hacia Tony.
— Tendré que arreglar eso— Dijo haciendo referencia a las altas gavetas, tomó el bote de café.
— Pudiste pedirme ayuda— Le dijo el soldado con una sonrisa, una sonrisa por la que Tony siempre se derretía internamente.
— Pude, pero no quise, pero gracias— Y se dirigió de nuevo a la máquina donde estaba el agua caliente. Steve negó con la cabeza mientras se retiraba de la cocina.
Tony siguió con el gran ritual de cada mañana como lo llamaba, sirvió el agua en una taza y vertió dos cucharadas de café, pero se detuvo en seco al notar lo que le faltaba, azúcar. Definitivamente no era el día de Tony.
— Roger— Llamó, pero este ya no se encontraba en la sala, así que decidió buscarlo en la habitación donde probablemente estaba, y si, allí se encontraba, pero no haciendo precisamente lo que Tony pensaba, si no que se encontraba de espalda sin camiseta y comenzando a quitarse el pantalón.
Vaya escena tenía ante sus ojos.
— Tony, ¿necesitas algo?— El soldado se giró en dirección a Stark y si bien ya sentía calor con solo haber visto su espalda desnuda, el tener el torso desnudo del Capitán con aquellos abdominales bien marcados, pectorales muy duros y sus grandes y tonificados brazos a pocos pasos de él, y con la hebilla de su cinturón suelta dejando ver su "arma" por encima de la ropa, definitivamente tenía algo más que un sonrojo apenas visible.
— No... yo solo, venía por el azúcar, a pedirte el azúcar, que si bajabas el azúcar...— Pero había algo que deseaba más que azúcar.
— Claro— Le dijo y caminó en dirección a la cocina con Stark frente a él, en cuanto llegaron a la dichosa alacena Tony tomó la taza que había dejado justo debajo de la gaveta, pero toda acción que su cuerpo hacía se detuvo al sentir el pecho del soldado en su espalda, muy pegado a su espalda.
Y no solo eso, pues el soldado al acercarse un poco más para tomar el bote con azúcar, pego algo más en la retaguardia de Stark.
Definitivamente algo estaba caliente y no era el café precisamente.
— Estaba demasiado atrás— Steve se separó del cuerpo de Tony y le extendió el azúcar—. Ten, y recuerda que a Rhodey no le gusta que llegues tarde, no sin avisar.
Tony se giró en dirección a Steve dejando la taza en la encimera.
— Jarvis.
— Señor— Respondió enseguida haciendo resonar su voz por el lugar.
— Dile a Rhodey que cambie la reunión a las cinco— Steve le miro sin entender.
— ¿La razón del cambio?
Tony sonrío.
— Dile que salí a comprar azúcar.
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Secretos de una Superfamilia.
FanficLos relatos más dulces, amorosos, ardientes y probablemente curiosos que encontrarás de esta pareja y su bello hijo. Problemas serios y otros no tanto, celos paternos y amorosos. Bueno, una familia cómo está tiene de todo incluyendo la acción consta...