Secretos de una Superfamilia.

°• IX •°

— ¡Papi mira!— Apuntó Peter a uno de los muchos juegos que había en aquella feria. Tony estaba convencido de que necesitaba unas vacaciones, los últimos meses había estado estúpidamente ocupado, muchas reuniones, conferencias, tratos, ventas, revisiones, y Pepper no había tenido piedad con él en absoluto. Todo aquello era un gran beneficio para la empresa, pero había descuidado tanto a su esposo como a su hijo, el primero lo entendía y de vez en cuando lo apoyaba en lo que Tony necesitará, pero era Peter quien tampoco le perdonaba ni una, pues cuando Stark no cumplía con una promesa a su hijo, era como ver una versión de Tony hecha una mini furia, y aunque a Stark le daba gracia en varias ocasiones ver sus muecas idénticas a las suyas, no podía evitar sentirse culpable por el hecho de decepcionar a su pequeño.

Fue un alivio para él saber que tenía un mes de vacaciones disponibles, curioso siendo él el jefe de todo. Así que al saberlo Steve y Peter , el último no evitó emocionarse y comenzar a planear miles de salidas para los tres.

Y fue así que la familia término paseando por la feria ambulante del Central Park, Peter sobre los hombros de Steve comiendo palomitas y con un gorro de lana rojizo, el frío de invierno comenzaba a palpar la ciudad, y Tony a unos pasos de ellos con un buen abrigo y comiendo una paleta de chocolate con forma de Mickey Mouse. Llevaban un buen tiempo allí, habían subido a unos cuantos juegos y comprado demás cosas, nada que llamara la atención del todo, no querían que las personas interrumpieran su día familiar.

— Tony— La voz de Steve hizo voltear a Tony, quien aún masticaba un trozo de la paleta y miraba la espalda de su hijo, el cuál de un momento a otro fue bajado de los hombros de Steve y entregado en sus brazos, Stark le miró dudativo—. Voy al baño, no tardó.

— Está bien, deberías buscar algún lugar para comer, creo que vi un puesto de hamburguesas por ahí— Señaló entonces en dirección a los puestos de frituras y comida.

— En un minuto vuelvo, veremos qué hay para comer, pórtate bien Pete— Le dijo pellizcándole la nariz levemente haciéndole reír. Dio entonces media vuelta y se perdió a pasó moderado entre la muchedumbre, Tony le vio entrar en los baños y apartó la vista.

Luego miró a su pequeño entre brazos, quien aún comía palomitas y reía viendo a un payaso a lo lejos. A Stark se le ocurrió una idea.

— ¿Quieres ir a ver al payaso Peter?— El pequeño le observó con brillo en los ojos y finalmente asintió.

— ¡Si, quiero un globo de perrito!

— ¿Quiere un globo aún cuando puedo hacer un perro de hojalata en mi taller?, que raros son los niños...

Tony miró de nuevo en dirección al hombre vestido de payaso y finalmente empezó a caminar en su dirección, seguro Steve les encontraría, no estaba muy lejos de los baños, y menos de su vista contando que media uno ochenta y cinco.

— ¿Y por qué no mejor uno de jirafa?, ¿o uno flor?, es más bonito.

— ¡Yo quiero un perrito!

— Entiendo, un perrito será— Luego dio un beso en su frente olfateando un poco sus cabellos. Llegaron junto al hombre vestido de payaso el cual armaba figuras con globos alargados de manera impresionante y veloz, teniendo atentos a Tony y Peter. El hombre no tardó en entregar un par de flores a una mujer la cual seguido se las dio a un par de niñas gemelas, seguro sus hijas.

— ¡Oh, padre e hijo!, ¿qué es lo que querrán que haga?, ¿perros, gatos, jirafas, tucanes, elefantes?, ¡el pequeño manda!— A Tony por un momento le dio gracia la manera de hablar del hombre, su rapidez y fluidez al hacerlo además del palpable carisma que le fluía. No evitó soltar una sonrisa.