El aterrizaje es medio complicado, debido a la poca cohesión en la arena de playa. Corremos un poco hacia adelante para ganar estabilidad y a su vez evitar que el paracaídas nos cubra.
El Hombre desabrocha mi arnés de su pecho una vez que el aterrizaje es exitoso, seguidamente se quita la mochila de los hombros arrojándola a la arena, debido a que ya de nada nos servirá.
—No memoricé el mapa —Me informa en una postura y tono serenos. —. ¿A dónde vamos?
Es sincero, aunque no muy listo. En vista en lo que ahora estamos no soy quien para echarle en cara su falta de atención, aunque da por listo y hecho que yo sí tengo conocimiento sobre estos terrenos. De nada me vale mentirle, su vida es la mía ahora y viceversa.
—Yo digo que deberíamos de ir...
¡Pam!
Por el rabillo del ojo derecho noto como algo que iba gritando impacta contra la arena, levantando una nube de polvo, cambiando de manera abrupta el griterío por un crujir escalofriante. Incrédulo giro un poquitín mi cabeza... un cuerpo masculino, con los huesos fuera y desviados del lugar donde se suponen que deberían de estar. Pero si hay alguna cosa que me deja petrificado, es la proximidad que existe entre el cadáver y yo; el cuerpo pasó a menos de un metro de mí, bien pudo haber caído encima de mí y no hay que ser un catedrático en física para determinar el resultado.
—Vámonos de aquí. —Su sugerencia es firme.
Mi Vinculado me toma del brazo al notar que no proceso su comentario, para así adentrarnos un poco más en la Isla.
Una vez que nos alejamos de la Playa, nos detenemos y el sujeto me toma por los hombros apretándolos y meneándolos ligeramente con expresión seria en el rostro.
—Escucha; dime de una vez ¿a dónde vamos? —Oigo su voz algo urgida a pesar de seguir pasmado por la impresión. —. Tenemos que ayudarnos el uno al otro si queremos salir de aquí.
Mis ojos reciben la orden que les envío, deteniéndose en la cara de mi emparejado y encontrándose con ese par intenso de iris azules que me transmiten calma, un sentimiento muy distinto al del primer contacto que tuve.
—La zona bosque, supongo que es la mejor opción —Le contesto de manera mecánica. —. Hay que ir al este de la Isla. —Agrego musitando.
—Bien.
El Hombre me sujeta la muñeca en donde no tengo el Brazalete para así comenzar a guiarme. Mientras avanzamos doy algunos traspiés con las raíces de algunos árboles, conforme entramos en el área. Soy capaz de sentir el tacto de la persona que me lleva casi a arrastras, la leve brisa que me golpea y me revuelve ligeramente mis cabellos, puedo oler la tierra húmeda, el mar, y los árboles, todo eso me deja tan absorto en mis pensamientos que me hallo desconectado de... no, más bien me rehúso a creer que todo esto sea real y por eso estoy sumido en esta especie de trance.
—Descansemos aquí.
El tacto en mi muñeca desaparece y mi brazo vuelve a mi costado. Asimilo el claro del bosque al que hemos llegado, donde una pequeña cascada desemboca en un minúsculo lago. El riachuelo al caer en el lago produce un sonido acuático bastante tranquilizador.
—Te necesito aquí y ahora muchacho. —Me palmea la espalda antes de avanzar al lugar.
Esos golpecitos ayudaron a que mi percepción externa volviera, aunque realmente fue su entonación ronca y reconfortante, que me inspiró algo de confianza, la causante de ello. Me acerco al sitio tomando una posición distinta a la de él, quien yace recostado a un árbol cercano al lago, mientras yo por otro lado me siento a la orilla de este apoyando mi espalda a una gran roca. Recojo algunas rocas del suelo y empiezo a arrojarlas al lago.
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Presas.
ActionHistoria Ganadora del 1er Lugar en los Urano Awards 2019 en la Categoría Misterio/Terror/Paranormal. Historia Ganadora del 2do Lugar en los Premios Gemas Perdidas 2019 en la categoría Aventura/Acción. "Nadie está impune de herir a las personas." The...