85

398 36 5
                                    

Cómo siempre que había una buena noticia, esa noche Atenea había decidido salir con su buen amigo Apolo, era un ritual que ellos hacían cuando alguno dé los dos le iba algo bueno, mientras Atenea se arreglaba su hija la miraba con una sonrisa en sus labios.

-Estas muy linda, ma- Comentó la rubia mientras la observaba.

-Gracias hija- dijo mientras se terminaba de poner sus aros.

Ambas estuvieron hablando un poco, hasta qué escucho el timbre, Atenea sonrió a ella le gustaban los hombres puntuales y aunque al principio no lo era su amigo esta tratando dé hacer todo lo posible para el horario que habían convenido.

La mujer se despidió de su hija, no sin antes dejarle alguna que otra instrucción, como caballero le abrió la puerta del auto cuando subió para ir al restaurante o para llegar allí.

Cuando estuvieron adentro del restaurante, pidieron lo qué iban a comer y luego empezaron a hablar acerca de la noticia qué había recibido.

-Me alegra escuchar qué todo te está yendo bien- Comenta Apolo con una sonrisa qué eclipsaba a Atenea cada vez qué lo hacía.

-Digamos qué tuve muchos consejos para poder llegar a lo qué soy- Atenea comentó coquetamente pero muy tímida.
Apolo se sorprendió por completo al escuchar aquello, ya qué nunca había hecho algo por el estilo pero mentiría si dijera qué no le gustaba.

Durante la cena fue de esa forma, de vez en cuando había un comentario coqueto entre ellos y unas caricias tímidas casi como si fuera un roce, luego de la cena ambos decidieron pedir el postre.

El silencio los invadió por un momento y al principio estaba con duda pero luego se ánimo a hacerlo porqué creía qué era algo qué quería hacer hace mucho tiempo.

-Atenea nos conocemos hace mucho tiempo- Empezó a decir Apolo -Eres una buena mujer, atractiva e inteligente.-

Las mejillas se sonrojaron cuando escucharon aquello, en toda su vida le habían dicho algo así y se sentía verdaderamente alagada por él.
-Y por eso creó qué hay algo qué deberías saber.- Atenea prestó atención inmediatamente. -Me gustas y más allá qué una amiga y se qué una vez me dijiste qué el amor no era algo para ti, pero me gustaría qué me dieras una oportunidad para demostrarte qué estás completamente equivocada en esa idea.-

Aquello le sorprendió a Atenea, es cierto qué Apolo le había coqueteado incontable de veces pero pensaba qué sólo era eso y nada más.

Además le costaba la idea de qué el amor era para ella, primeramente se enamoró de alguien qué solo la utilizó y luego de un tiempo, se conoció con un hombre qué no había funcionado y se terminaron separando, lo bueno de ese matrimonio nació Annabeth y por eso estaba feliz pero se dio cuenta qué el amor no era para ella.
El silencio volvió a surgir en la mesa en la cual ella no sabia qué decir en ese momento, la había tomado por sorpresa aquello.

-Ésto fue una sorpresa enorme- Comentó Atenea sin poder creerlo, él pensó qué eso significaba un no rotundo y estaba a punto de hablar.

Pero antes qué pudiera hacerlo, ella apoyó su mano sobre la mano de él para evitar qué hablará.

-Escucha estuviste en muchos momentos de mi vida luego de mi separación con Frédéric y mucho antes- Empezó diciendo -y a pesar de qué eres un buen amigo, no me gustaría qué nuestra amistad terminará si la relación acaba mal.-

-¿Eso significa?- Cuestionó con una ceja levantada.

Una tímida sonrisa apareció en el rostro de la mujer, y dejó de hablar por unos segundos antes de proceder a hablar.

-Me gustaría tener una relación romántica contigo- Comentó tímidamente -Y qué pruebes qué el amor si se hizo para mí-

Una sonrisa se instaló en el rostro del rubio y antes qué pudiera decir algo más se acercó lentamente a ella y le dio un beso.

Atenea al principio se sorprendió porque era bastante tímida, ante los efectos públicos, pero ante el calor del momento de lo que había pasado hace poco, decidió dejarse llevar por el beso, luego de unos segundos se separaron y volvieron hablar para disfrutar lo qué les quedaba de cena.




A\N: ¿Qué les parece? Espero qué les guste y me dejen su opinión. Amito esta pareja.

Guerra de BandasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora