PROLOGO

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Dorian tomó el vaso de vidrio en su mano, la temperatura del liquido que contenía ni siquiera probacaba una leve molestia en su piel helada.
Con paso lento se movió de su lugar frente al horno de microondas, y se dirigió directamente a la sala donde se encontraban sus acompañantes.

Dos hombres de aspecto joven y muy atractivo lo veían con precaución desde el interior de su sala. Isam y Erain eran lo mas cercano que Dorian tenia a un amigo, a pesar de eso ambos hombres seguían mirando a su amigo con precaucion y cautela. Dorian no era alguien facil con quien tratar, su altura imponente de un metro con ochenta y cinco centímetros, y su rostro tallado en facciones duras, eran bastante intimidantes, pero por si eso no fuera poco, su caracter serio y seco lo terminaban de catalogar como un tipo demasiado extraño.
Isam le lanzo una mirada preocupada a su amigo sentado en el sofá de enfrente. La amplia y lujosa sala se encontraba en completo silencio. Erain le regreso una mirada bastante tensa a su compañero, mientras ambos escuchaban los pasos de Dorian acercarse.
No paso mucho tiempo antes de que el mencionado apareciera en el umbral de la habitación. su aspecto como siempre impecable y sencillo, luciendo apenas una camisa blanca de manga larga y un pantalón negro de vestir perfectamente planchado, sus costosos zapatos negros brillantes hacian juego con su cabello corto y despenaido del mismo tono negro brillante y profundo.
Dorian miro directamente a los dos hombres en su sala.
Isam con su aspecto como siempre afable y jugueton, un cabello medianamente largo y rubio como el oro, unos ojos azules claro enmarcados por unas largas pestañas, ademas de un rostro con facciones tan finas como las de una señorita, al menos para Dorian ese aspecto y cuerpo delicado de Isam, lo hacian parecer siempre demasiado afeminado para su raza.
Erain por su parte tenía un largo cabello castaño oscuro que llegaba hasta su cintura, y unos ojos del mismo castaño profundo, a diferencia del primero, Erain tenia una estatura mas baja, aunque su baja estatura era recompensada por su cuerpo atlético y musculoso.
A simple vista cualquiera pensaría que tanto Isam como Erain superaban fácilmente a Dorian en todos los aspectos. Isam con un aspecto bastante mas atractivo que la dura y primitiva imagen de Dorian.
Mientras que Erain con su cuerpo musculoso y atlético superaba fácilmente el cuerpo delgado y largo del pelinegro.
Sin embargo las apariencias engañaban, y eso era algo que tanto el rubio como el castaño sabían muy bien.

Dorian desvío su mirada salvando asi a sus dos amigos del tenso escrutinio por parte de esos ojos negros como la noche.

-Bueno Dorian estos son los resultados de la investigación que pediste -
Hablo por fin Isam, tendiendole a su amigo un sobre grueso y sellado, que había estado sosteniendo en sus manos hasta ahora.

El pelinegro camino tranquilamente hasta donde se encontraba sentado el otro hombre, y tomo el sobre de sus manos.
Tras un pequeño viztaso a la temblorosa mano aun estendida de Isam, el hombre dio media vuelta y se dirigió por el pasillo de enfrente, directo a su oficina.

Erain miro tenso la espalda de Dorian mientras se marchaba.
Cuando el hombre desapareció por el pasillo, ambos jovenes se miraron entre si, preguntandose con la mirada que deberían hacer ahora, pues Dorian era su jefe y aun no les habia dado la orden para retirarse de su propiedad.
Justo cuando Erain estaba tomando el suficiente valor de ir y preguntarle a su jefe cuales eran sus siguientes ordenes, se escucho desde el pasillo la voz plana y neutral del pelinegro, ordenándoles que se retiraran de su hogar.
Ninguno de los dos jovenes lo dudo ni un instante, y de inmediato salieron por el pasillo que llevaba al portón principal.
Aun cuando ambos manejaban en sus respectivos coches y traspasaban los limites de la propiedad de su amigo, ni Erain ni Isam se atrevieron a mirar atras.

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