♥ Junto a mí
Dos años después...
─Mmm ─expresaron con los ojos entrecerrados mientras observaban el trabajo de Lara─, este diseño... ¿cómo puedo decírtelo...?
─No lo sé ─contestó ella─. Solo dígame que es lo que piensa ─le respondió hundiendo su mirada en aquel vaso de cerámica.
─Pues no lo sé. Tiene una forma... ─musitaba de manera pensativa Alex, un cliente que Lara había conocido hace medio año atrás─. El borde y los detalles en el realce hacen único a este vaso. Está muy bien tallado y bien definido. Debo decirte que es muy buen trabajo, eso sin mencionar que el color y el material con el cual está hecho... son de una muy alta calidad.
─Gracias ─apenas si ella sonrió.
Le agradaba que la gente la felicitara por su buen trabajo, en realidad era excelente con ello, tenía muy buenos proyectos y diseños, así como una vasta imaginación para innovar casi cualquier cosa que se le pidiera realizar. Hacía ya casi año y medio que había emprendido su negocio, había puesto la tienda de cerámica de la que tanto Edward hablaba. Al principio, dudo en hacerlo, pero luego, finalmente, se decidió, no quería dejar en el olvido a Edward, así como tampoco quería dejar en el pasado sus recuerdos.
─ ¿Por qué siento que te ves obligada a decir gracias? ─Lara levantó la vista, observando a su cliente─. No tienes por qué hacerlo, deberías sentirte orgullosa de tu trabajo. Eres muy buena. La mejor de todas podría decirte. Eh tratado con otras personas y no me ha gustado tanto, tú eres la única que entiende lo que necesito ─Alex le sonrió dulcemente─. Mira, necesito que hagas varios de estos, además, como sabía que me gustaría tu trabajo te traje unas nuevas ideas para que puedas hacerme otros más. Aquí en esta libreta esta apuntado lo qué y cómo lo necesito. Toma ─le dijo ofreciéndole un cuaderno.
─ ¿De verdad?
─ ¡Claro! ¿Por qué lo dudas? ─espeto con una ceja arriba─. Ya te dije que me gusta como trabajas, así que, quiero unos cincuenta de estos y el prototipo de este nuevo proyecto.
─ ¡Oh! Muchas gracias─ le respondió ampliando su sonrisa─. Te prometo que haré un buen trabajo.
─Lo sé. Y en cuanto los tengas, llámame por favor ─ella asintió gustosa, era la primera vez en que Alex le hacía un gran pedido─. Por cierto, Lara. Eres soltera, ¿verdad? ─aunque aquella pregunta la había tomado por sorpresa, ella respondió con sinceridad.
─Lo siento, pero soy casada.
─Oh, ya veo ─respondió cabizbajo─. Yo pensé que... ─Alex guardó silencio, luego, continuó─: ¿Por qué todas las mujeres hermosas y capaces como tú, ya tienen dueño? ─ella sonrió.
─Talvez es porque conocieron el amor antes de que llegaran hombres como tú ─le dijo y ambos sonrieron.
Una vez que Alex se fue, Lara se dispuso a trabajar. Llevaba una vida tranquila y organizada, aunque la mayor parte de su tiempo lo invertía en el convento. Lara se dedicaba a cuidar de los pacientes que llegaban a ese lugar, proporcionándoles confort a través de los masajes que les daba.
─No es fácil venir constantemente y ser voluntaria ─le dijo una mujer a su lado─. Lara, en verdad eres increíble. Todos en este lugar te admiran, hasta yo misma lo hago.
─No tiene porque ─le respondió agradecida─, ya le dije que es algo que me gusta. Me gusta ver como los pacientes me sonríen y son felices.
─Lo sé, es por eso que el paciente de la 96 a preguntado mucho por ti. Cuando puedas ve a verlo. Le hará muy feliz verte.
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Junto a mí
RomantikPor culpa de un accidente automovilístico, Lara Evans, perdió la vista; su vida no ha sido nada fácil, sin embargo, un día todo cambia cuando conoce por equivocación a Edward Palmer, un huérfano y boxeador retirado sin sentimientos que terminará por...