♥ Peligro
Una vez que Lara salió del trabajo, tuvo un mal presentimiento al llegar a casa. No era la primera vez que le sucedía, llevaba varias noches sintiéndose así, observada. Se acercó a su puerta y abrió, sin embargo, no entro enseguida, había algo extraño en el aire.
─ ¿Quién está ahí? ─preguntó.
El hombre que estaba a su frente no tardo en contestarle─: Señorita Evans ─murmuraron con voz entrecortada.
La chica frunció su ceño.
─ ¿Jefe? ─cuestionó con temor.
Lara, se preguntaba qué era lo que hacía ese sujeto en su casa si hasta donde ella sabía, él no tenía motivo alguno para estar ahí, era muy tarde y estaba ebrio.
─Así que, este es su departamento ─le dijo irrumpiendo sus pensamientos, ella asintió─. ¿Sabe? ─cuestionó al dar un paso hacia delante─. Me preguntaba, por qué siempre que le pido que salgamos usted me dice que no. Me ha rechazado tantas veces.
Lara retrocedió al escucharlo casi frente a su rostro.
─ ¿Por qué me mintió? Ni siquiera tenía planes para hoy y aun así me dijo que no. Sabe, fue una muy mala idea hacerlo. Ahora quiero una taza de café ─le exigió, tomo el picaporte y entro sin permiso a lo que ella no pudo negarse.
Cómo iba a hacerlo si estaba totalmente asustada.
Su corazón palpitaba con fuerza, tener a Andrew en su casa no solo la alteraba, también la atemorizaba, aun así, trató de calmarse.
Una vez dentro, ella trato de tomar su distancia.
─Espero que usted entienda que me es difícil utilizar fuego ─le decía mientras le servía un vaso de agua.
Él la observó con los ojos entrecerrados.
─Entiendo ─le dijo un poco más soberbio mientras miraba a su alrededor─. Me imagino lo complicado que es eso. Vivir... aquí... sola. Todo es tan silencioso y encima los vecinos están tan lejos que... si le pasara algo nadie la escucharía, ¿cierto?
Al escucharlo, se tensó.
─Por cierto, me dijo que perdió la vista cuando estaba en la universidad, ¿no? Es una lástima ─le susurró con fingida preocupación─. Ya que es una mujer muy hermosa.
En esos momentos ella lo interrumpió, no quería seguir escuchándolo.
─Lamento si voy a sonar muy grosera pero creo que ya debe irse, es tarde y su esposa debe estarlo buscando.
Su jefe sonrió irónico, era obvio que él no se iría de ahí, aunque cuando miró su obsequio intacto en un rincón inmediatamente su gesto se borró. Al hombre, no le había parecido en lo absoluto que ella, ni siquiera, se hubiera dado la "oportunidad" de abrir su regalo. Lo tomo y lo abrió, dentro había un bonito collar. Gimió indiferente y sin decir nada más se acercó a Lara.
─Usted ya sabía lo que era, ¿no es así? ─le dijo mientras se lo colocaba─. Es muy intuitiva.
Lara trago duro al sentir sus manos sobre su cuello. Ella intentaba ser amable, sin embargo, al notar las malas intenciones de su jefe se alejó.
─ ¡Tú! ─le gritó éste al verse por enésima vez rechazado. No pudo contenerse y la golpeo.
Lara inmediatamente cayó al suelo, adolorida, asustada.
Aquel hombre se había transformado, el alcohol le había hecho perder los estribos y la poca cordura que tenía.
Lara, estaba en peligro, nadie podía ni iría a ayudarla.
Estaba sola.
─Cree que por ser una mujer bonita, ¿puede rechazarme? ─le decía mientras ella se arrastraba por el suelo, en busca de un auxilio, sin embargo, no llego muy lejos.
Andrew llego hasta ella y le golpeo el rostro.
─ ¿De verdad quiere que me convierta en un violador? Dígame. ¡¿Lo quiere?! ¡¿Quiere eso?!
Lara apenas si lo miró. Ya no tenía fuerzas, sin embargo, tenía que defenderse, necesitaba hacerlo porque de lo contrario su vida no tendría sentido. Contuvo la respiración y lo pateo, él cayó al suelo con un gran dolor en la entrepierna.
Andrew, se quejaba una y otra vez mientras la maldecía. No era posible que una mujer como ella le estuviera dando muchos problemas.
Enojado y frustrado por no poder tenerla, volvió a golpearla. Se colocó encima de ella y la afianzo con todas sus fuerzas.
─Por favor, no haga esto ─le suplicó entre un millón de lágrimas, sacudiéndose en el suelo, negándose a ser ultrajada, aunque él no se detuvo.
Arrancó su blusa y como si alguien la hubiera escuchado, la ayuda llego.
Edward, quien estaba a su lado los miraba con los ojos enfurecidos. Él no podía dar crédito a lo que estaba mirando, apretó sus puños con fuerza y sin pensarlo golpeo a Andrew una y otra vez hasta cansarse.
─Por favor, ¡no hagan esto! ¡Deténgase! ─gritó Lara desde el suelo, aterrada─. ¡Edward!
Él volteo a mirarla por sobre uno de sus hombros, no quería detenerse y no lo haría, aquel hombre la había lastimado y eso era algo imperdonable. Lo tomo por el cuello y apretó, furioso, incontenible, con él único deseo de asesinarlo.
─Escúchame bien ─le susurró con la vista puesta en sus ojos desorbitados─. La próxima vez que te vuelva a ver aquí... Te mataré.
Andrew cayó al suelo, aterrado y con el corazón apenas latiendo. Miro una vez más a Edward y con pasos presurosos se fue.
Entretanto, Edward, volteo a mirar a Lara─. ¿Estás bien? ─le preguntó una vez que llego a su lado─. ¿Ese bastardo te hizo algún otro tipo de daño?
Ella lo miró.
─Edward, ¿por qué hiciste esto? ─le preguntó a su vez─. Si me despiden... ¿Qué voy a hacer? Acaso te harás cargo de mí.
El chico suspiro.
─ ¿Por qué quieres continuar en un trabajo así, con un jefe como él? ─espetó sin entender─. Después de pasar por todo esto... ¿Por qué razón regresarías?
─ ¡Porque lo necesito! ─lo interrumpió─. Es por eso, porque lo necesito para vivir. De otro modo... ¿Quién me contrataría? Estoy ciega, ¿qué no lo ves? Lo eh intentado todo y ese trabajo...
─Yo me haré cargo de ti. Me haré responsable, lo juro.
Lara echo a reír.
─ ¿Y qué harás? ─le preguntó tajante─. ¿Encontrarás un nuevo trabajo? Trabajarás todo el día para mantenerme o... ¿Vas a golpear a la gente cada vez que suceda algo como esto? ─Lara contuvo su respiración por un momento, luego, volvió a hablar─: Edward... ¿quién crees que eres como para responsabilizarte por mí, una ciega? Ni siquiera valgo la pena.
─Eso no es cierto. Te ayudaré. Lo haré.
Lara no dijo nada más, se sentía terrible, fatal. Edward sintió lo mismo. Ninguno de los dos tenía deseos de continuar con una conversación que, los lastimaba. El chico se puso de pie y en silencio se marchó.
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Junto a mí
RomancePor culpa de un accidente automovilístico, Lara Evans, perdió la vista; su vida no ha sido nada fácil, sin embargo, un día todo cambia cuando conoce por equivocación a Edward Palmer, un huérfano y boxeador retirado sin sentimientos que terminará por...