Quería creer que por las fechas, el chico del tendedero tendría vacaciones, así que parecía un loco al estar observando por la cortina de la terraza cada que tenía oportunidad, Jaehwan ya lo había atrapado un par de veces y no fue sino hasta pasados tres días que se había atrevido a preguntarle a su tío qué pasaba. Hongbin dudó demasiado por un momento, y no por falta de confianza con su familiar, vaya, Jae era quizá lo único que le quedaba en la vida aunque eso se escuchara dramático, pero una parte de él no quería exteriorizar las cosas de su cabeza porque temía que, al pronunciarlas en voz alta a alguien, éstas se volverían hechos más sólidos y se rehusaba a ello.
No era debido y no iba a permitirse enamorarse de su vecino-no-vecino, el trabajar desde casa no le daba derecho a malgastar el tiempo pensando en cosas innecesarias, por lo que buscó convencerse que el trabajo que tenía pendiente era de severa urgencia "para ayer", ya que tal vez así podía mantener la mente fija en algo que no fuera el ventanal de su terraza.
-Ya no te dije... Anoche hablé con mamá. –Jaehwan tomó asiento a orillas de la cama, estirándose un poco mientras veía la paciencia con la que Hongbin limpiaba cada mínimo milímetro de su prótesis antes de ponérsela, pues en verdad debía tener todo el cuidado del mundo en ello si no quería que algo peor le pasara por culpa de un descuido pequeño como la higiene.
-Oh, ¿en verdad? ¿Y qué tal está en Hawái?
-La están pasando de lo más genial. –Le fue inevitable soltarlo como quejido.
-No entiendo por qué viniste en vez de irte tras ellos, no eres un niño que se puede perder en el aeropuerto y tienes el dinero suficiente para irte de vacaciones a algún otro país.
-Fue mi orgullo, ¿sabes? Me sentí terriblemente desplazado cuando... Me excluyeron de sus planes.
-Mh, qué familiar me suena eso. –Trató de soltarlo en broma, pues el rencor que alguna vez llegó a sentir por el abandono de su familia se había vuelto en algo absolutamente inexistente. Ni siquiera valía la pena gastarse el alma en ellos. –Aun así, busca contentarte con ellos cuando se acaben las vacaciones, no es bueno que vivas así con tus padres.
-¿Te estás escuchando? Abue se queja que nunca le llamas.
-Es diferente. –Tuvo que detener la limpieza al ensamble de su pierna, suspirando hondo al momento de ver a su sobrino a los ojos. –Y lo sabes. Puede que estabas muy chico en ese entonces, pero creo que...
-También eras muy joven y las cosas, bueno...
-¿Me decías de Hawái? –Interrumpió algo irritado, prefiriendo no recordar la situación, solo por temor a terminar discutiendo en verdad con su sobrino.
-... Me preguntó por tu actual talla de pantalón, creo que quiere conseguirte una bermuda.
-Soy talla chica de camiseta. –Sonrió con ligereza. –No uso nada que no sea pantalón largo.
-¿Aún eres talla chica?
Su asombro al preguntar aquello era verdadero, aunque también soltó aquella pregunta para no debatir lo que se le estaba quemando en la punta de la lengua... Que Hongbin seguía usando pantalones largos, con extrema severidad, desde hace nueve años, rehusándose a exhibir el metal que le daba soporte.
Jaehwan, desde los dos años y medio, se volvió el familiar más apegado de Hongbin, prácticamente era su hermano menor, eran inseparables, se volvieron confidentes y no era sorpresa ni secreto que fuera su sobrino preferido. Por lo tanto, Jaehwan había aprendido a analizar con eficacia cada cosa de Hongbin, lo veía desde el punto que nadie más lo había visto, el verdadero Hongbin, cada cosa que había en su interior, incluso las malas.
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NEIGHBORHOOD
FanfictionA Hongbin le gusta mucho su vecino-no-vecino, pero no sabe ni cómo se llama, porque solo lo observa día con día desde su terraza. A Sanghyuk le comienza a llamar la atención su vecino-no-vecino, quien lo observa todos los días desde su terraza.