No quería asistir, pero algunos compañeros de trabajo habían insistido tanto en ir a beber algo en celebración por su cumpleaños que no le quedó de otra más que aceptar. Y aunque fuera temprano, ya quería regresar a casa, necesitaba ver a Hongbin, estar en su estudio, frente a su computadora, maravillándose de su creatividad, de cómo podía convertir un simple zapato en el calzado más maravilloso que todo el mundo desea y necesita.
-¿Acaso esperas por alguien? –Le bromeó una compañera al ver que Hyuk no dejaba su móvil en paz, mirando la hora cada tanto.
-¿Eh? Ah, no... Solo...
-Anda, Hyukkie... Puedes decirnos sin pena. –Secundó otro compañero de trabajo, sonriendo forzado cuando el chico le palmeó uno de los hombros.
-Bueno es que... La verdad tenía planes hoy y...
-¡¿Tienes novia?! –Cuestionaron los tres chicos que le acompañaban en la mesa, al mismo tiempo, cargando el mismo asombro.
-Ah, s-se puede decir que... Tengo...
-La tenías bien escondida, eh.
-¿Y por qué no la invitaste? Seguro si me ve cerca de ti te hará escena de celos, qué vergüenza.
-¿Tienes fotos con ella? Necesitamos verla.
-¿Desde cuándo tienes novia? ¿Cuándo nos la presentas?
-¿Cómo se llama? ¿Qué edad tiene?
El bombardeo lo dejó mareado sin control, y debido a que notaron cuánto lo sofocaban con ello, optaron por dejar su reunión a medias, para finalizarla en un futuro cercano en el que Sanghyuk se vio casi obligado a prometerles que asistiría con su pareja, sin saber cómo explicarles que era un chico.
-Gracias por traerme. –Giró su cabeza un momento, mirando a su compañera de trabajo, quien tenía auto propio y era quien vivía lo más cercano a su casa, a comparación de los otros dos quienes atravesaban casi media ciudad.
-De nada, Sang, feliz cumpleaños, diviértete con tu chica, hasta mañana.
-... Hasta mañana.
En vez de ingresar a su casa, fue directo a las escaleras externas para ir a su habitación, había un gesto incómodo en su rostro el cual le costó bastante trabajo borrar. ¿Cómo explicaría a sus amigos y compañeros que tenía novio?... Vaya, siquiera se había preguntado cómo explicaría lo mismo a sus propios padres.
-Ven, vamos por pastel. –Sonrió cuando Punch subió a su cama y le lamió parte de la nariz, tomando al pequeño peludo entre sus brazos para bajar a casa de sus padres.
Miró a la distancia, la terraza estaba vacía y no había señales de que Hongbin hubiera recordado su cumpleaños, y no podía culparlo, pues cuando le comentó cuándo era, ellos todavía eran simples vecinos-no-vecinos que se frecuentaban una vez a la semana.
-Oh, ¿a qué hora llegaste? -Preguntó u madre mientras terminaba de preparar la cena.
-Hace rato. ¿Te ayudo con algo?
-No, quemarás la comida. –Y aunque lo dijo con suavidad, aquello lo volvía a desmotivar un poco.
-... ¿Y papá?
-No tardará en llegar, vino tu tío a buscarlo.
No estaba muy acostumbrado a festejar en grande sus cumpleaños, siempre habían ocurrido de la misma manera, todo se limitaba a cenar en casa con sus padres, comerían pastel casero hecho por su madre, recibiría un abrazo y si bien le iba, un regalo por parte de ellos. Y no los culpaba, de hecho agradecía que durante su época estudiantil, desde el jardín de infantes hasta la universidad, sus padres insistieran en que invitara a sus amigos a cenar con él en la casa, recordaba vagamente que cuando era pequeño, decoraban la casa con globos y serpentinas de colores, aunque siempre terminaban asistiendo pocos amigos, sabía (apenas de adulto) que solo asistían aquellos que DEBÍAN estar presentes, que una fiesta no consistía en tener la casa a reventar de personas que no conocía ni montañas de regalos... Aunque deseaba experimentar eso al menos una vez en su vida, ser él quien dirigiera una fiesta en grande, porque cuando asistía a los cumpleaños de los demás, sentía envidia ya que él nunca tuvo un payaso que fuera el anfitrión de los juegos, o un fotógrafo profesional que incluso tomaba vídeo del evento, ni un DJ que manejaba la mejor música de la época y que le dedicara una ola de felicitaciones por su cumpleaños 25.
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NEIGHBORHOOD
FanfictionA Hongbin le gusta mucho su vecino-no-vecino, pero no sabe ni cómo se llama, porque solo lo observa día con día desde su terraza. A Sanghyuk le comienza a llamar la atención su vecino-no-vecino, quien lo observa todos los días desde su terraza.