Levanto un poco la mirada y veo su sonrisa asomada por ensima de su asiento original.
-!Eh! Te has despertado- se levanta del lugar y se sienta denuevo junto a mi.
-¿Te cambiaste de lugar?
-Mientras dormias, no queria molestarte. -Sonrie. Le devuelvo la sonrisa. -Te ves hermosa cuando duermes.
-Eso no suena bien - Rio y continuo- Y menos si eres un español loco que acabo de conocer.
-¿Español loco?-Sonríe y levanta las cejas.
-Eres un español loco. Lo he dicho.
-Pero eso es por tu culpa- volteo a verlo, alzo las cejas del mismo modo que hizo anteriormente - Veras, si me hubieras besado no estaría volviéndome loco.
Comienzo a reírme nerviosa.
-No pienso besarte, Ruben. No lo haré.
-¿por que no?- Me vuelve a mirar con sus ojos verdes. Me fulmina con la mirada, analiza cada parte de mi rostro mientras habla.
-No soy una cualquiera.
Cierro la conversación. Se voltea con aire ofendido, pero yo hago exactamente lo mismo. Me conecto los auriculares del avión y comienzo a escuchar música de mi mp3. El saca la revista de la bolsa del asiento y comienza a hojearla. Cierro los ojos, no para dormir, si no para quitarme la idea de este hombre de la cabeza.
El avión comienza a descender. Planea sobre las nubes, bajando poquito a poco, hasta que las llantas golpean el suelo. Ambos nos despertamos del movimiento brusco. Lo veo aun con los ojos cansados. Se sacude el pelo con sus largos y delgados dedos. Toma su teléfono movil y lo enciende. Espera a que el avión este completamente inmóvil para marcar un numero.
-Eh, miguel, acabo de aterrizar... vale, acá te espero.- Me mira con cara extraña. -¿Tienes quien te lleve a tu piso? - Niego con la cabeza. -¿Quieres que te lleve? -Me encojo de hombros y asiento.