XV ₪ El armario de Snape

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Los gemelos y Darcy llevaban dos semanas tratando de entrar al armario de Snape, pero siempre los sorprendía cuando los veía merodeando por las mazmorras. Aunque, naturalmente tenían un plan de repuesto por si el primero fallaba más de quince veces.

Y esa noche era cuando se llevaría a cabo.

Salieron de la torre Gryffindor completamente vestidos de negro, volteando de un lado a otro para asegurarse de que Peeves no estuviera cerca.

Mientras bajaban por las escaleras, ante la oscuridad, uno de los gemelos no se percató de que todavía le faltaba un escalón, simultáneamente la escalera cambio de posición, por lo que el chico casi cae cinco pisos en picada si no hubiera sido por que lo tomaron de la sudadera justo a tiempo.

Después de ese pequeño desliz, Darcy y los gemelos decidieron hacer Lumos cada que sentían que ya habían bajado lo suficiente y para ver por dónde venía la otra escalera.

No les tomó más de media hora llegar hasta las últimas escaleras que llevaban a las mazmorras, durante el camino no se toparon con ni un alma pero eso no les dio la confianza suficiente como para que no se detuvieran cada vez que ponían un pie en un nuevo escalón.

El olor a humedad de las mazmorras les dio la bienvenida y en seguida los tres se sumieron en un silencio tan profundo que sus respiraciones eran casi imperceptibles. sin bajar la guardia, comenzaron a caminar.

Por experiencia, sabían que los salones en Hogwarts no solían ser cerrados y el salón de pociones no era la excepción, quizás Snape confiaba mucho en que nadie podría llegar hasta las mazmorras sin ser descubiertos por Filch y la señora Norris o Peeves y, a la vez, creía fielmente que ningún Slytherin tendría la necesidad de visitar su armario; así que les resultó demasiado fácil dar con todos los ingredientes que necesitaban.

Tratando de no tirar ni un solo frasco ni de moverlos tan estrepitosamente, consiguieron dos botellas con filtro Alihosty.

Los aguijones de Billwig fueron los más difíciles de encontrar ya que estaban hasta el fondo de la repisa más alta, y para encontrarlos tuvieron que usar uno de los bancos del aula, luego uno de los gemelos comenzó a sacar frascos con la esperanza de que alguno de ellos contuviera el ingrediente faltante.

Había sacado la mitad de los recipientes de la repisa cuando ya no podía alcanzar a los que estaban al fondo, por lo cual, decidieron que Darcy debía de subir y gatear hasta encontrar los aguijones. Previendo que la repisa no aguantase a la rubia, los gemelos se guardaron las botellas que ya tenían, para nada más ayudar a Darcy a levantarse y correr.

Por suerte, Darcy era demasiado pequeña y liviana y pudo moverse sin problemas. Cuando por fin halló lo que buscaban, pidió a los gemelos que le fuesen pasando los otros frascos para que los fuese guardando y así regresaran a su torre más rápido.

Una vez que arreglaron su desorden, planearon su salida para llegar sin problemas a sus dormitorios. A diferencia de cuando iban hacia las mazmorras, esta vez corrieron. porque tenían el presentimiento de que alguien los estaba siguiendo.

Al llegar ante el retrato de la señora gorda, tuvieron que ponerse ingeniosos para despertarla y cuando lo consiguieron, les comenzó a hacer demasiadas preguntas.

— ¿Qué son estas horas de regresar a la torre? ¿De dónde vienen, gemelos? —se percató de que Darcy venía con ellos y pegó el grito al cielo—. ¡Por Merlín! ¿Cómo se les ha ocurrido traer consigo una señorita a estas horas de la noche? 

—Pues así, ¿qué más le puedo decir? —George se encogió de hombros y la vio fijamente. 

—Budín de calabaza —dijo Fred para que los dejaran pasar pero la pintura se negó—. vamos, ábranos, a menos que quiera que la señorita aquí presente siga afuera a estas horas de la noche. Budín de calabaza.

El retrato frunció el ceño pero finalmente les dio el acceso. Los tres niños se dejaron caer sobre los sillones de su sala común tan pronto como sus cuerpos cansados les permitieron. Fred se movió en el asiento y de uno de sus bolsillos sacó chocolates, los cuales repartió equitativamente entre los tres.

—Propongo un brindis —levantó una de sus chocolatinas—, ¡por nosotros!

—¡Por nosotros! —Contestaron George y Darcy para después comerse de una mordida el primer chocolate, y vaya que se lo habían ganado.

22/07/19
A.V

Desastre Andante ϟ Gemelos WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora