Desastre Andante ϟ Gemelos Weasley

I ₪ La solución

El desayuno es la comida más importante del día, vaya verdad.

Durante este, hay varias posibilidades: 1) Disfrutar de una mañana en familia, 2) Tener alguna idea ingeniosa y 3) Recibir tu carta de Hogwarts.

Como has leído. En el mundo mágico las lechuzas suelen llegar a la hora del desayuno, ¿por qué? Tal vez, les gusta alegrarle el día a las familias magas y una que otra muggle.

Esa mañana no fue la excepción. Al alba, como todos los días, Darcy Solg se levantaba de su cama después de diez horas de sueño profundo; su madre siempre le replicaba que era una marmota en un cuerpo de una niña de once años.

Durante el desayuno del 1 de julio de 1989 (el día de cumpleaños de Harry Potter, un ícono en la comunidad mágica), una lechuza marrón, con pico de oro hizo aparición en el pórtico de las Solg.

Esta depositó la carta sobre el felpudo de la entrada y con una de sus garras tocó el timbre que al instante sonó.

Ginger Solg fue la que salió a ver quién o qué había ocasionado el ruido. En cuanto vio el sobre blanco con un sello rojo, su corazón se paralizó por unos segundos. Finalmente ya no iba a tener otra boca que alimentar en el periodo escolar.

Era un agradecimiento un tanto cruel, pero Ginger tenía sus razones.

De inmediato, tomó su pase al ahorro y entró a la casa.

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— ¿Quieren más mermelada? —preguntó Ginger con la esperanza de que sus hijas dijeran que no. Eso jamás sucedió.

— ¡Yo quiero, mami! —pidió con un grito infantil, Darcy.

—Yo también quiero —afirmó Willow, sin embargo ante la mirada que le dio su madre declinó la oferta.

— ¡Más mermerlada para Darcy-bu! —comentó en un tono jovial, bastante falso, la madre de las niñas.

Antes de que concluyeran con sus alimentos, Ginger sacó el sobre, el cual ese encontraba debajo del mantel.

—Oye, Darcy-boo —comenzó con una sonrisa genuina—. ¿Adivinarías quién recibió su carta a Hogwarts, hoy?

La boca de la mencionada se abrió en un perfecto círculo y sus ojos se llenaron de un brillo de felicidad.

— ¡Vaya, mami! —Darcy se levantó tan rápido para abrazar a su progenitora que casi se lleva consigo la silla donde estaba sentada su hermana.

— ¡¿Podrías ver por dónde vas?! —le gritó Willow pero Darcy no le hizo caso; pues ese momento, ese pequeño instante, significó la gloria para la niña.

—Iremos al Callejón Diagon mañana por la mañana, ¿qué dices, cariño?

— ¡Yo digo que sí!

Ese era solo el comienzo.

10/05/18

A. V