XVIII ₪ Post-Halloween

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- ¡Apresúrate, Darcy! ¡Por Merlín, sí que tienes piernas cortas!

Los gemelos estaban tan emocionados que se habían comportado de una manera bastante odiosa durante los últimos cinco días, aunque, pese a su humor, a Darcy le parecía tierno que estuvieran tan ansiosos por lo que iban a hacer, aún cuando los hermanos ya habían llevado a cabo una travesura en el castillo.

Darcy trataba de llevarles el ritmo, pero al ser ellos al menos treinta centímetros más altos que ella, era bastante difícil, por lo que optó por pedirles que le hicieran un Wingardium Leviosa para que ella y sus piernas cortas no los retrasaran.

Los tres venían de regreso del escondite de los gemelos en las tuberías de Hogwarts y esta vez (gracias a Merlín), la rubia no había probado agua de caño por segunda ocasión. Con ellos llevaban sacos llenos de globos, a los cuales les habían vaciado un líquido blanco y viscoso que, con suerte, se quitaría después de semanas. Su objetivo era llegar al Gran Comedor antes que nadie para poder esconder los globos y así, cuando la gran mayoría de los alumnos se encontraran desayunando, estos explotarían para provocar un caos.

Una vez que llegaron a dicha sala, se apresuraron a ocultar sus bombas debajo de las mesas, atrás de las gárgolas, en el marco de la puerta y para evitar se vieran desde la mesa de los profesores, utilizaron el encantamiento multicolofors.

Cuando terminaron, se fueron a esconder al baño. Mientras esperaban a que todos se fueran reuniendo en el punto de ataque, Darcy sacó una bolsa con pastelillos que le había encargado a Doo la noche anterior porque, si se habían despertado desde las cuatro de la mañana, era más que obvio que a las siete de la mañana tendrían un apetito voraz.

-Entonces, como ya no nos pudimos poner de acuerdo anoche, ¿a las ocho u ocho y media? -Pregunto Fred con la boca llena de una tarta de manzana y Darcy le lanzó una servilleta.

- ¡Ten la cortesía de no hablar con la bocaza llena, no me interesa ver tu comida toda masticada y babeada! -la rubia hizo una mueca de asco total que le causó a Fred una risa nerviosa y un leve sonrojo mientras que George se destornillaba de la risa.

- ¡Oi, Fred, parece que se te ha olvidado que tenemos a la reina de Inglaterra presente! -Darcy le sacó la lengua y le aventó un poco de pudín de chocolate a la cara-. ¡Hey! ¿Qué te pasa? -el gemelo se limpió con la manga de su túnica y luego la chupó.

-Sí que me rodeo de caballeros -dijo rodando los ojos al tiempo que le daba otra cucharada a su budín de pasas.

-Yo digo que a las ocho, hay muchos chiflados que bajan a desayunar temprano porque tienen clases hasta la otra punta del castillo, como si no supieran que pueden llegar volando con una escoba -dijo George retomando el tema, aún buscando restos de chocolate en su ropa, luego hizo una mueca-. Iugh, ya sólo sabe a agua de excusado.

-Ahora ya sabes lo que se siente -Darcy tenía una sonrisa de oreja a oreja-. Bueno, yo digo que a las ocho y media, no hay lugar del castillo al que no se llegue en menos de media hora o rozando la hora de clase, además así va a haber más gente y no tendremos que perseguir a los que ya estén afuera.

El voto final era de Fred, por lo que su hermano y la rubia lo veían fijamente, esperando que dijera el veredicto final.

-Estoy con Darcy, no tengo la suficiente energía para andar volando por todo el castillo mi escoba, además que Darcy vendrá conmigo y vaya que pesa ese gnomo -lo último lo dijo volteando a ver directamente a la rubia quien se puso roja de enojo.-

- ¡Que no soy un gnomo! -se cruzó de brazos y frunció el ceño-. Pero agradezco que tengas sentido común no como el cabeza de alcornoque de George.

Desastre Andante ϟ Gemelos WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora